Murió el ‘hombre milagro’: despertó de un coma de ocho meses y lo atropelló un carro ya recuperado
Los dos accidentes automovilísticos sucedieron en julio.
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Los dos accidentes automovilísticos sucedieron en julio.
Drew Kohn, un joven de Florida, sobrevivió a un grave accidente en 2017 que lo dejó en coma durante meses, solo para enfrentarse a otro trágico siniestro que le costó la vida el 26 de julio de 2024.
En 2017, pocos días antes de cumplir 23 años, Drew Kohn fue atropellado por un automóvil mientras se dirigía al gimnasio en su motocicleta. El impacto fue tan violento que perdió el casco y un zapato, quedando inconsciente en el lugar. Trasladado al hospital, Kohn fue diagnosticado con una lesión cerebral traumática, pulmones empalados, y múltiples fracturas en el hombro, pelvis y costillas. Los médicos informaron a su familia que tenía muerte cerebral y no volvería a caminar ni hablar. Sin embargo, su madre, Yolanda Osborne-Kohn, decidió mantenerlo conectado a las máquinas, confiando en su fe para su recuperación.
«Mi fe me dio la audacia para decirles ‘no van a recibir ni una uña del pie ni una pestaña'», expresó Yolanda a ‘WTLV-TV’. En marzo de 2018, tras casi un año en coma, Drew Kohn despertó y sus primeras palabras fueron: «Te amo, mamá». Con meses de ardua rehabilitación, Drew logró volver a caminar y hablar.
El 26 de julio de 2024, Drew Kohn, a pocos días de cumplir 30 años, fue atropellado por una camioneta mientras caminaba por Collins Road en Jacksonville a las 5:30 a.m. Según la Oficina del Sheriff de Jacksonville, el peatón no llevaba ropa reflectante y el conductor de la camioneta no lo vio, resultando en el fatal accidente. El conductor se detuvo y llamó al 911, pero los Bomberos y Rescate de Jacksonville declararon a Kohn muerto en el lugar.
Una página de GoFundMe fue creada para ayudar a la familia de Kohn con los gastos del funeral. A pesar de la tragedia, su madre expresó su gratitud por los años adicionales que pudo compartir con su hijo. «Dios honró mi pedido y no estoy enojada. Estoy en paz. Me dieron siete años y, al igual que Ezequías, que volvió su rostro hacia la pared, recuerdo estar sentada en la cama del hospital de Drew y decirme: ‘Hágase tu voluntad'», declaró Yolanda.
«Drew amaba a Dios y, debido a la naturaleza de Dios, cuando respondió a mi pedido, no tengo palabras de intenciones maliciosas hacia mi creador. Él me dio un regalo, se dio la vuelta y me dio más de siete años», concluyó Yolanda, reflejando la resiliencia y amor que definieron la vida de su hijo.
La historia de Drew Kohn es un recordatorio conmovedor de la fragilidad de la vida y la fortaleza del espíritu humano, una combinación de milagros y tragedias que dejan una marca imborrable en quienes lo conocieron y amaron