Médico inseminó con su propio esperma a 49 mujeres sin que ellas lo supieran
Pruebas de ADN han revelado que Jan Karbaat es el padre de 49 personas. El médico usó su propio esperma para fecundar a mujeres que asistieron a consulta para quedar embarazadas sin que ellas lo sepan.
Una prueba de ADN autorizada por un tribunal en Holanda confirmó este viernes que el polémico médico holandés Jan Karbaat, fallecido en 2017, inseminó con su propio esperma a las madres de 49 personas y lo hizo en su propia clínica en Barendrecht, cerca de Rotterdam.
Estos 49 casos se suman a otros 22 hijos biológicos de Karbaat con sus tres esposas, lo que le convierte en padre de al menos 71 holandeses entre las cientos de personas nacidas por inseminación artificial que están reclamando que la Justicia les permita hacerse la prueba de ADN para salir de dudas.
El letrado Tim Bueters, abogado del grupo que confirmó hoy su relación biológica con el médico, aseguró a la prensa que los afectados están «satisfechos de poder poner fin a años de incertidumbre», ya que tanto Karbaat como su esposa se negaron rotundamente a facilitar la realización de las pruebas por miedo, entre otras cosas, a que reclamaran la herencia.
El pasado febrero, un tribunal dio permiso a los interesados a contrastar su ADN con el del médico holandés a través de varios artículos de uso personal que están guardados en un lugar secreto y bajo llave.
El juez advirtió de que «si ha utilizado su propio esperma como médico, sin comunicarlo en su momento, tanto su viuda como sus herederos no pueden reclamar ahora que se respete el anonimato del doctor».
Sin embargo, la viuda del exdirector de la clínica sigue negando cualquier responsabilidad.
En una entrevista en 2016, Karbaat afirmó que mezclaba el semen de varios donantes porque eso aumentaba la posibilidad de que la paciente lograse quedarse embarazada.
Sin embargo, siempre rechazó someterse a las pruebas de ADN para comprobar las sospechas y calificó a las demandantes de «madres insatisfechas con el resultado» de la inseminación.
EFE