‘’Me iré al cielo y jugaré hasta que llegues’’
Nolan Scully murió a los cuatros años de cáncer, en los brazos de su madre. Esta historia le sacará las lágrimas.
El 1 de febrero Nolan Scully moría en brazos de su madre después de una larga batalla contra el cáncer.
Nolan tenía sólo cuatro años, muy pocos para tanto sufrimiento, y fue durante su enfermedad y tras su muerte cuando su madre, la que estuvo día a día a su lado, quiso que la muerte de su hijo, que el padecimiento que sufrió no cayera en saco roto.
Empezó con su blog, después con imágenes que mostraban la vida antes de la muerte de Nolan y la vida después y ahora, dos meses después de su muerte, Ruth, ha querido compartir también la última conversación que mantuvo con su pequeño.
Una conversación que publicó en su muro de Facebook el pasado día 5 y que por su dureza y severidad se ha convertido en viral.
«Dos meses. Dos meses desde que te tuve en mis brazos, oí lo mucho que me amabas, besé esos labios ‘Sweetie pie’. Dos meses desde que nos acurrucamos. Dos meses de infierno absoluto».
Así comienza la carta dirigida a su hijo. Una carta en la que Ruth se describe como «desconsolada» y confiesa que aunque llevaba tiempo intentándola escribir, la «agonía» no se lo ha permitido.
El día 1 de febrero nos sentamos con su equipo de médicos. Cuando su oncóloga hablo, vi el dolor en sus ojos.
Ella siempre había sido honesta y había luchado con nosotros todo el tiempo, pero su TC mostraba grandes tumores que crecían aplastando los bronquios y el corazón.
El rabdomiosacroma se había extendido como un reguero de pólvora. Explicó que el cáncer ya no era tratable, porque se había hecho resistente a todas las opciones de tratamiento que habíamos probado y que el plan sería mantenerlo cómodo mientras se iba deteriorando rápidamente.
Tras escuchar que su hijo se moría y que no había nada que hacer, Ruth se fue a la habitación con él. Nolan estaba sentado en «la silla roja de mamá» viendo vídeos de Youtube en su tablet. «Me senté con él y puse mi cabeza contra la suya y tuve la siguiente conversación»:
«Yo: ¿Te duele al respira, no es cierto?
Nolan: Buuuuueno… sí
Yo: ¿Tienes mucho dolor?
Nolan: (Mirando hacia abajo) Sí.
Yo: Este asunto del cáncer apesta. No tienes que luchar más.
Nolan: ¿No tengo que luchar más? (Con felicidad) ¡Pero lo haré por ti, mamá!
Yo: ¡No! ¿Es eso lo que estás haciendo? ¿Luchas por mamá?
Nolan: Bueno… sí
Yo: Nolan Ray, ¿cuál es el trabajo de mamá?
Nolan: ¡Mantenerme a salvo! (Con una gran sonrisa)
Yo: Cariño… Ya no puedo hacer eso aquí. La única manera en que puedo mantenerte a salvo es en el cielo. (Mi corazón hecho añicos).
Nolan: ¡Entonces, me iré al cielo y jugaré hasta que llegues! ¿Vendrás, no?
Yo: ¡Absolutamente! ¡No puedes deshacerte de mamá tan facilmente!
Nolan: ¡Gracias mamá! ¡Iré a jugar con Hunter, Brylee y Henry!»
Fue la última conversación de Ruth y Nolan.
Las horas siguientes hasta su muerte Ruth no se separó de él. Quiso llevarlo a casa, pero Nolan se negó para «asegurarse de que todo era fácil para mí».
Jugaron, vieron vídeos de Youtube, dispararon con su pistola Nerf, sonrieron todas las veces que pudieron.
Incluso una hora antes de morir se tumbaron juntos en la cama y le contó a su madre cómo quería que fuera su funeral, quienes quería que fueran los portadores de su féretro, incluso, escribió cómo quería que le recordaran… «por supuesto como un policía».
En un momento, Ruth se fue al baño cuando volvió el sistema de Nolan se había colapsado, había entrado en un sueño profundo, pero aún así, Nolan recuperó el aliento por un instante para dedicarle las últimas palabras a su madre: «Abrió los ojos, sonrió y dijo ‘te amo mamá’. Entonces volvió la cabeza, cerró los ojos y falleció mientras Ruth le cantaba al oído ‘You are my sunshine’.
Ahora Ruth ha decidido compartir todas las experiencias que vivió durante la enfermedad de su hijo para reclamar más investigación, mejores tratamientos, más financiación…
Por ello, no sólo ha compartido las últimas palabras con su hijo sino también los duros y estremecedores momentos por los que pasaron.
«Muestro una imagen para captar la atención de todo el mundo porque mi hijo estaba aterrorizado sin mi, incluso me acompañaba mientras me duchaba«.
La imagen en realidad son dos. En una de ellas se ve a Nolan tumbado en la alfombra del baño mientras su madre se ducha, y en la otra la misma alfombra, pero sin Nolan.
«Ahora soy yo la que tengo miedo a la ducha. Con nada más que una alfombra vacía donde antes hubo una vez un hermoso y perfecto niño pequeño esperando a su mamá».