Esposa de «El Chapo» Guzmán, se declara culpable de narcotráfico en EE.UU.
De acuerdo a las guías condenatorias en Estados Unidos, podría servir de 9 a 11 años en prisión si acepta la responsabilidad de sus actos.
Emma Coronel, la mujer del narcotraficante mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán, se declaró culpable este jueves de ayudarlo en sus operaciones de tráfico de estupefacientes.
Coronel, de 31 años, fue detenida en febrero en el aeropuerto de Washington, acusada de colaborar en los negocios criminales de Guzmán.
A la exreina de la belleza se la acusó de un cargo de conspirar para introducir cocaína, metanfetaminas, heroína y marihuana en Estados Unidos.
Al haberse declarado culpable, la esposa de Guzmán podría ver reducida su condena.
Joaquín «El Chapo» Guzmán fue durante años el jefe del Cartel de Sinaloa, uno de los grupos criminales más violentos y conocidos de México.
Según las autoridades estadounidenses, se trataba del principal proveedor de drogas ilegales de Estados Unidos.
Guzmán, de 64 años, fue condenado a cadena perpetua y recluido en una prisión de máxima seguridad en Colorado.
«Todo claro»
Vestida con un mono verde y una mascarilla blanca, Coronel compareció este jueves en una audiencia ante el juez de distrito Rudolph Contreras, y allí se declaró culpable de los tres cargos de conspiración para distribuir drogas ilegales, lavado de dinero y tratos comerciales con el Cartel de Sinaloa.
Como parte de su acuerdo de culpabilidad, también admitió haber conspirado para ayudar a su marido a escapar de una prisión mexicana en 2015.
Sin mostrar emoción y con su rostro cubierto por la máscara debido a la pandemia, Coronel dijo que entendía los cargos en su contra y las consecuencias de su declaración de culpabilidad.
«Todo claro», dijo al juez.
Coronel podría enfrentar una condena de cadena perpetua solo por el cargo de distribución de drogas. Los otros dos cargos que se le imputan conllevan penas máximas de prisión de 20 años y 10 años, respectivamente.
Sin embargo, de acuerdo a las guías condenatorias en Estados Unidos, podría servir de 9 a 11 años en prisión si acepta la responsabilidad de sus actos.