Entrenador le suplica a boxeador que detengan pelea
El boxeador ruso Maxim Dadashev, 28 años, falleció tras sufrir graves lesiones cerebrales en el combate que disputó el pasado 19 de julio en Estados Unidos con el puertorriqueño Subriel Matías.
El boxeador ruso Maxim Dadashev, de 28 años, murió como resultado de las lesiones cerebrales sufridas en la pelea que perdió por nocaut en el undécimo asalto ante el puertorriqueño Subriel Matias el viernes pasado en el MGM National Harbor, en Oxon Hill, Maryland.
Donatas Janusevicius, entrenador de Dadashev y quien estuvo con él en el Centro Hospitalario Prince George’s de la Universidad de Maryland desde que fue trasladado luego de la pelea, y el también entrenador Buddy McGirt, confirmaron la muerte del púgil del peso welter junior.
Después del asalto, McGirt le dijo a Dadashev en voz alta: ‘’Voy a detenerla, Max. Max, te están golpeando demasiado’’.
Dadashev negó con la cabeza para indicar que no quería que el combate se detuviera, pero McGirt continuó: ‘’Por favor, Max, por favor. Déjame hacer esto. ¿De acuerdo? De acuerdo? Mírame. Por favor’’.
Dadashev volvió a negarse con la cabeza y McGirt dijo: ‘’Si no lo hago, el árbitro lo hará. Vamos, Max. Por favor.’’
McGirt no esperó otra señal de Dadashev.
‘’Eso es todo, doctor’’, le dijo al médico en ringside. Luego se dirigió al árbitro Kenny Chevalier: «Eso es todo».
This is a mark of a great trainer, one that knows his warrior at war 🥊 a trainer has to love his fighter enough to make a crucial call sometimes saving him from his very self. Great call Buddy @buddymcgirtboxing prayers up for this young warrior #speedyrecovery #toughsport 🙏🏾 pic.twitter.com/cKljvTKOgt
— Antonio Tarver Sr. (@AntonioTarver) July 20, 2019
McGirt dijo que primero pensó en tirar la toalla en el noveno asalto, pero sabía que tenía que detenerla después del undécimo.
Dadashev (13-1, 11 KOs), casado y padre de un hijo, que era de San Petersburgo, Rusia, y tenía su base en Oxnard, California, necesitó ayuda para abandonar el ring.
Se desplomó antes de llegar al vestuario y comenzó a vomitar. Fue sacado de la arena en una camilla y luego fue trasladado en ambulancia al hospital, donde fue sometido a una cirugía cerebral de emergencia durante dos horas por un hematoma subdural (sangrado en el cerebro).
Con la cirugía, los médicos esperaban aliviar la presión en el lado derecho de su cerebro, donde estaba la mayor parte del daño, y lo llevaron a un coma inducido para permitir que la inflamación del cerebro disminuyera, pero sin que al final pudiese superar la gravedad de la lesión que sufrió.