El joven científico que lucha para detener su propio envejecimiento acelerado
Sammy Basso es probablemente el paciente con síndrome de progeria de envejecimiento acelerado Hutchinson-Gilford más longevo del mundo (nació en 1995).
A sus 23 años, acaba de superar una riesgosa operación al corazón y, como biólogo molecular, ha publicado junto a otros científicos un importante estudio que podría ser el primer paso para frenar su propio envejecimiento acelerado.
El síndrome de progeria Hutchinson-Gilford es una enfermedad rara que aparece en la infancia, acelera el envejecimiento y causa la muerte prematura.
Basso es uno de los 119 pacientes que lo padecen en todo el mundo y probablemente el único que ha hecho un aporte desde la ciencia para combatir esta condición.
«Creo que soy el primer paciente de progeria que ayuda en la investigación de la propia progeria», dijo al diario español El Mundo.
El joven científico participó de uno de los dos recientes estudios desarrollados en ratones basados en la edición genética que han logrado elevar la esperanza de vida en estos animales.
Los dos ensayos, cuyos resultados se publican en Nature Medicine, han sido liderados por los catedráticos de Bioquímica españoles Carlos López Otín y Juan Carlos Izpisúa, y son trabajos independientes pero muy similares en el diseño y los resultados.
Sammy Basso decidió estudiar Biología Molecular para investigar sobre su enfermedad después de conocer a López-Otín, creador de una de las pocas terapias que mejora la expectativa de vida de estos pacientes.
Basso se graduó por la Universidad de Padua (Italia) y, en 2017, como parte de su trabajo de fin de carrera, se trasladó al laboratorio de López-Otín, donde se unió al proyecto y ayudó en los experimentos.
«Creo que estamos muy cerca de una cura real para la progeria, creo que se podrá usar pronto en seres humanos», señala.