Corte Suprema de Texas suspende ejecución de hombre autista condenado por muerte de su hija
Roberson, de 57 años, fue condenado por causar la muerte de su hija Nikki en 2002, a quien él mismo había llevado grave al hospital.
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Roberson, de 57 años, fue condenado por causar la muerte de su hija Nikki en 2002, a quien él mismo había llevado grave al hospital.
La ejecución de Robert Roberson, un hombre autista de 57 años, fue suspendida de manera temporal por la Corte Suprema de Texas, en respuesta a un recurso de última hora. El fallo se produjo este jueves, después de que legisladores demócratas y republicanos solicitaran que Roberson pueda comparecer ante una comisión especial de la Cámara de Representantes de Texas, que analiza los detalles de su caso. Aunque la condena permanece vigente, la suspensión de la ejecución le otorga más tiempo para defender su inocencia.
El juez Evan Young, integrante del máximo tribunal estatal, argumentó que sería imposible que Roberson testificara si la ejecución se llevaba a cabo antes de su comparecencia. «Si la sentencia se lleva a cabo, el testigo obviamente no puede comparecer», señaló el juez en su fallo.
Roberson fue sentenciado por la muerte de su hija Nikki, ocurrida en 2002. En ese momento, llevó a la menor al hospital en estado grave, donde fue diagnosticada con el síndrome del bebé sacudido, indicando que las lesiones habrían sido causadas por un supuesto zarandeo. Sin embargo, Roberson ha negado siempre las acusaciones, y uno de los testigos que lo incriminó incluso se retractó, ofreciéndole una disculpa.
La abogada de Roberson, Gretchen Sween, expresó su alegría tras la decisión, afirmando que el equipo de defensa «está eufórico» ante la oportunidad de una nueva revisión del caso. «Un grupo de legisladores de Texas decidió investigar en profundidad su caso, que ningún tribunal había considerado hasta ahora, y reconoció que valía la pena luchar por su vida», comentó en una declaración. «Robert vive para luchar otro día», agregó.
Según Sween, el diagnóstico original fue incorrecto y la causa de la muerte de Nikki, que sufría de una enfermedad crónica, fue en realidad una neumonía que se complicó debido a un tratamiento médico inapropiado. Sween ha asegurado que existen «nuevas pruebas científicas y médicas abrumadoras» que indican que la niña falleció por «causas naturales y accidentales, no por abuso».
Tras recibir la noticia de la suspensión de la ejecución, Roberson expresó su gratitud hacia quienes lo apoyaron, agradeciendo a Dios por la oportunidad de seguir defendiendo su inocencia, según informó una portavoz del Departamento de Justicia Criminal de Texas. Ahora, la atención se centra en la evaluación que realizará la comisión legislativa, que podría aportar nuevos elementos a un caso que lleva más de dos décadas en disputa.