Alcalde de ciudad mexicana fue decapitado tras seis días en el cargo
Más de 450.000 personas han sido asesinadas y decenas de miles han desaparecido en México desde que el gobierno desplegó al ejército para combatir el narcotráfico en 2006.
El alcalde de Chilpancingo, en el estado mexicano de Guerrero, Alejandro Arcos, fue asesinado a tan solo seis días de asumir su cargo, informaron las autoridades locales el domingo. Según las primeras informaciones, Arcos, de 43 años, fue decapitado, y su cabeza fue encontrada sobre el techo de un vehículo, aunque esta información no ha sido confirmada oficialmente.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que pertenecía Arcos, calificó el crimen como «cobarde» y exigió justicia. En un comunicado en la red social X, el partido expresó su rechazo a la violencia, señalando que «las y los guerrerenses no merecen vivir con miedo». Evelyn Salgado, gobernadora del estado de Guerrero, condenó el asesinato, calificando la pérdida de Arcos como un acto que «enluta a toda la sociedad guerrerense» y que «llena de indignación».
El presidente del PRI, Alejandro Moreno, también condenó el asesinato de Arcos, y recordó que apenas tres días antes había sido asesinado Francisco Tapia, el secretario del mismo Ayuntamiento. Moreno lamentó la pérdida de ambos funcionarios, destacando que eran «jóvenes y honestos» y que buscaban el progreso de su comunidad.
Guerrero es una de las regiones más afectadas por la violencia relacionada con el narcotráfico en México, debido a su ubicación estratégica en la costa del Pacífico. Desde que el gobierno mexicano inició su lucha contra el narcotráfico en 2006, más de 450,000 personas han sido asesinadas en el país, y decenas de miles han desaparecido. Los políticos locales, en particular, a menudo se ven atrapados en la violencia vinculada a los cárteles y la corrupción.