(Video) La desgarradora despedida de la chef Sophia Rodríguez a su querida suegra: “La amé como mamá y ella me amó como a una hija”
La conductora de ¡Qué buena tarde! le dedicó un emotivo mensaje a Glenda Gutiérrez, quien falleció el pasado 14 de agosto.
La chef Sophia Rodríguez atraviesa un momento de profundo dolor tras la muerte de su suegra, Glenda Gutiérrez. La presentadora compartió este domingo un video y unas sentidas palabras dedicadas a la memoria de la mamá de su esposo, Ricardo Zoch, y abuela de su hija Juliana.
En la publicación, Rodríguez recordó a su suegra con el siguiente mensaje que publicamos íntegro:
¡Hooola Sophie! ¿Cómo vas? ¿Ya comiste? ¿Te caliento algo?” era la frase con la que me recibió desde el día uno. A mí y a todos los que visitamos su hogar. No había nadie más servicial y amable en este mundo.
La que protegía a su familia como la reina que era.
La que nos hacía pozol de pollo, pasta, lasagna, canelones, chilaquiles y tantas delicias más. Siempre con un mensaje de WhatsApp nos anunciaba que había hecho olla de carne y que nos invitaba a comer pero sobretodo a compartir.
La que nos acompañada en absolutamente todos los procesos y celebraba nuestros logros como suyos. Estaba ahí en los triunfos pero también consolando y alentando en las tristezas.
La que llegaba con sopita de pollo, medicinas y todo para frotarnos cuando estábamos enfermos, sin nunca pedírselo.
La que ayudaba a los enfermos y corría a socorrer a los hospitales
La que llegaba a Kahli a cuidar las matas, recoger mesas, lavar platos, o lo que sea que representara ayuda.
Así fuese un día de la madre, ella siempre pensaba primero en los demás. Era feliz con un cafecito y boronas de queque seco.
La esposa amorosa y dedicada, un ejemplo de amor infinito en la salud y en la enfermedad.
La abuela enamorada que soñó tanto con serlo y que se quería comer a besos a sus nietos. La que amaba como una abuela a mis sobrinos.
Coqueta y elegante pero con un corazón aún más lindo. Una mujer de una fe inquebrantable y un carisma increíble.
Un tumor cerebral se la llevó muy muy pronto, con 61 años, pero Dios nos regaló 6 meses muy duros para prepararnos, aunque nunca se puede estar listo para despedir a quien ha significado tanto en la vida de tantos. Algún propósito maravilloso tiene Dios para ella allá en cielo donde no dudamos que nos seguirá cuidando.
Duele cada centímetro del corazón , ese que nunca dejará de honrarla.
Su título decía suegra, pero siempre la amé como Mamá y ella también me amó como a una hija.
Hasta pronto Nonnita Glenda.
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