Descubrieron un extraño animal invertebrado que devora los cadáveres de cocodrilos en el fondo del mar
La investigación lleva más de un año y recientemente los investigadores publicaron detalles en una revista científica.
Con el objetivo de estudiar las especies carroñeras marinas, hace aproximadamente un año un grupo de Investigadores del Consorcio Marino de la Universidad de Luisiana (Estados Unidos) colocó tres ejemplares muertos de cocodrilo americano (Alligator) en distintos lugares del Golfo de México.
Los expertos desconocían por completo lo que podrían encontrarse, ya que en el mar no hay muchos animales capaces de atravesar la dura piel de un reptil.
De los pocos que pueden hacerlo son una especie de crustáceo gigante con aspecto de langosta que pueden medir hasta 50 centímetros de longitud.
Se trata de unos isópodos que habitan los mares y océanos del planeta desde hace muchos años -son de las criaturas marinas más antiguas– y pertenecen a la especie Bathynomus giganteus.
Entre lo poco que se sabe de ellos destaca el hecho de que pueden aguantar meses e incluso años sin comer. ¿Cómo? Se amontonan con la comida a cuestas y van alimentándose poco a poco los unos de la comida de los otros.
Descubrieron un extraño animal invertebrado que devora los cadáveres de cocodrilos en el fondo del mar
Los investigadores de la Universidad de Luisiana grabaron el momento en el que estas criaturas devoraban los cocodrilos y lo publicaron en Youtube en un vídeo que en su momento dio la vuelta al mundo y que hoy ya han visto casi 6 millones de personas.
Ahora, a un año de la realización del video, la revista especializada PLOS ONE publicó el estudio en el que se recogen los detalles del experimento, además de revelar el trabajo de esos crustáceos, dio a conocer a una nueva especie de animal invertebrado carroñero.
Devorado en apenas 51 días
Según se recoge en el trabajo, los cocodrilos utilizados para el experimento fueron proporcionados por las autoridades de Luisiana, pues en éste estado estos reptiles que habitan en las zonas costeras desde Texas hasta Carolina del Sur están protegidos.
Los investigadores quedaron boquiabiertos al ver que uno de los cadáveres fue devorado en tan sólo 51 días y al advertir que otro desapareció a la semana de haberlo hundido.
A su juicio, este último se lo debió llevar, o bien un tiburón de peinetas (Hexanchus griseus), o bien un tiburón de Groenlandia (Somniosus microcephalus), que son los únicos que viven a grandes profundidades en el Golfo de México.