La lucha del Limón Black Star por sobrevivir: ¿el final de una era?
La posibilidad de que Limón Black Star, un querido club de fútbol, pueda desaparecer ha causado gran preocupación entre sus aficionados y la comunidad caribeña. Las dificultades financieras que enfrenta el equipo han llevado al presidente, Cristian Williams, a calificar la situación como «insostenible», evocando recuerdos dolorosos del destino de Limón FC, que cerró sus puertas en 2022 debido a deudas insuperables.
Aunque Limón Black Star se encuentra al día con sus obligaciones, el reciente traslado de su sede a Guápiles, debido a problemas con el estado del césped en el estadio Juan Gobán, ha generado un impacto negativo en su economía. Jugar en el estadio Ebal Rodríguez ha resultado en pérdidas de hasta 2 millones de colones por partido, además de la pérdida de diez patrocinios que representaban ingresos mensuales de 2,5 millones de colones.
La afición, muy unida en torno a su equipo, ha expresado su inquietud. Para muchos, Limón Black Star es más que un club de fútbol; es un símbolo de identidad y esperanza en una región marcada por la violencia y la inseguridad. En lo que va del año, se han registrado 67 homicidios en el cantón central, y la provincia de Limón es la segunda con más muertes violentas en el país, lo que resalta la importancia del fútbol como un escape y una fuente de alegría para los jóvenes.
Gustavo Rozen, un fiel seguidor del equipo, ha notado la drástica caída en la asistencia a los partidos. “En Guápiles, apenas llegan 50 personas, mientras que en Limón asistían entre 500 y 600”, lamentó. Además, criticó el trato desigual que recibe el club por parte del Comité de Licencias, citando un caso similar de San Carlos, donde se permitió jugar en su estadio a pesar de las condiciones cuestionables del césped.
Ovidio Fernández, otro apasionado seguidor, hizo un llamado a las autoridades para que se considere un permiso especial que permita al Limón Black Star terminar la temporada en su estadio. “Este equipo ha traído alegría a Limón, y el Comité de Licencias debe brindarles una oportunidad”, instó.
La alcaldesa de Limón, Ana Matarrita, se ha manifestado igualmente sorprendida por la noticia de una posible desaparición del club. Reconoció que el equipo tuvo que jugar en Guápiles por la situación del césped y se ha comprometido a enviar un oficio a la Federación, buscando soluciones que permitan al club regresar al Juan Gobán.
Aunque la alcaldesa ha conseguido la aprobación de un empréstito para mejorar el estadio, enfrenta retos significativos debido a la falta de planos y escrituras, lo que podría retrasar las obras necesarias. A pesar de estas dificultades, Matarrita prometió agilizar los trámites, reconociendo la importancia del equipo para la juventud y el deporte en la región.
Sergio Hidalgo, presidente de la Liga de Ascenso, expresó que no cree que el club desaparezca, aunque advirtió que las normas deben cumplirse. “Estamos viendo qué podemos hacer para ayudarles, pero el reglamento está para cumplirse”, indicó.
Mientras el Limón Black Star lucha por superar estos obstáculos, las autoridades locales y los aficionados mantienen la esperanza de que el equipo pueda regresar al estadio que representa su hogar. En un contexto de inseguridad y desempleo, la continuidad del club se ve como una luz de esperanza para la juventud y la comunidad limonense.