Sobrevivió a un rayo y sus ojos cambiaron de color: «Fue un golpe de suerte»
El impactante caso de Carly y su encuentro con la naturaleza
Las tormentas eléctricas han sido, desde siempre, un espectáculo fascinante para muchas personas. Sin embargo, para Carly, una joven australiana de 30 años, la pasión por estos fenómenos climáticos la llevó a vivir una experiencia extrema y transformadora.
En diciembre de 2023, en Queensland, decidió salir a grabar una tormenta eléctrica, sin imaginar que un rayo impactaría directamente en su cuerpo. A pesar de haber sobrevivido, los efectos de la descarga fueron sorprendentes: sus ojos cambiaron de color radicalmente.
Un instante que lo cambió todo
La afición de Carly por las tormentas eléctricas iba más allá de la simple admiración. Se había tatuado tres rayos en su cuerpo, como símbolo de su fascinación. Pero lo que comenzó como una simple grabación de una tormenta terminó en un evento que marcaría su vida para siempre.
Mientras capturaba las imágenes del cielo, sintió una descarga eléctrica que recorrió su cuerpo. “Sentí la piel de gallina en oleadas por los brazos y las piernas”, relató en sus redes sociales.
Al mirarse al espejo poco después del impacto, notó que sus pupilas estaban dilatadas, acompañadas de una sensación de mareo y euforia. Luego, su cuerpo comenzó a entumecerse hasta perder la movilidad en sus extremidades.
Un diagnóstico poco común y una recuperación sorprendente
Al presenciar el deterioro de su estado, su compañera de cuarto llamó de inmediato a una ambulancia. Carly fue trasladada de urgencia al hospital, donde los médicos le diagnosticaron queraunoparálisis, una rara condición neurológica que puede provocar parálisis temporal tras recibir una descarga eléctrica.
“Mis pies y mis manos estaban completamente azules. Apenas podía respirar”, recordó sobre esas primeras horas tras el impacto.
La parálisis duró cerca de nueve horas, y aunque poco a poco recuperó la movilidad, días después notó un cambio permanente en su cuerpo: el color de sus ojos había cambiado.
Sus iris, que antes eran verdes, se tornaron de un marrón oscuro, un fenómeno poco común pero documentado en algunos casos de personas que han sobrevivido a descargas eléctricas.
Las secuelas de un encuentro con la electricidad
Además del cambio en sus ojos, Carly mencionó que la parte superior de su cabeza quedó extremadamente sensible al tacto, una secuela que persiste más de un año después del accidente.
A pesar de lo traumático de la experiencia, asegura que su vida dio un giro positivo tras este evento.
“Fue un golpe de suerte. Todo ha cambiado para bien desde entonces”, comentó.
Incluso mencionó que su historia ha despertado la curiosidad de muchas personas, especialmente en el ámbito amoroso.
¿Mayor probabilidad de ser alcanzada por otro rayo?
A pesar de haber sobrevivido, Carly recibió una advertencia inquietante por parte de los especialistas: las personas que han sido alcanzadas por un rayo pueden tener más probabilidades de sufrir otro impacto en el futuro.
Esto se debe a posibles alteraciones en la conductividad del cuerpo y a secuelas neurológicas que pueden hacer que su organismo responda de manera diferente a futuras descargas eléctricas.
Cómo protegerse durante una tormenta eléctrica
El caso de Carly pone en evidencia la importancia de tomar medidas de seguridad ante tormentas eléctricas. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), algunas recomendaciones clave son:
✅ Buscar refugio en un lugar cerrado apenas se escuchen truenos.
✅ Evitar el contacto con agua corriente y aparatos eléctricos conectados.
✅ Alejarse de ventanas, puertas y estructuras metálicas.
✅ No refugiarse bajo árboles, cobertizos o marquesinas.
✅ Esperar al menos 30 minutos después de la última descarga antes de salir al exterior.
Aunque Carly sigue fascinada con las tormentas, ahora las observa desde la seguridad de su hogar.
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