¿Qué es la interocepción? El desconocido sexto sentido que todos llevan dentro
En todo momento, los órganos internos de tu cuerpo envían señales a tu cerebro. La mayoría de las veces no te darás cuenta, pero a veces intervienen: por ejemplo, cuando tienes hambre o cuando necesitas ir al baño. Nuestra capacidad para aprovechar estas señales ocultas se llama interocepción, a veces conocida como sexto sentido.
En uno de los episodios del podcast The Conversation Weekly, hablamos con un neurocientífico cognitivo y experto en interocepción sobre cómo una nueva investigación sobre esta conexión entre nuestra mente y nuestro cuerpo podría conducir a avances en la atención médica física y mental.
La interocepción se define como la sensación inconsciente o consciente de sensaciones corporales internas. El concepto fue propuesto por primera vez a principios del siglo XX por un neurocientífico británico llamado Charles Sherrington, pero los investigadores lo ignoraron en gran medida hasta hace unos diez años. Una de las que lidera la carga es Sarah Garfinkel, profesora de neurociencia cognitiva en el University College London en el Reino Unido.
“Cuando comencé, lo buscaba en Google y no había resultados, o eran muy pocos. Nadie hablaba de eso. Es sorprendente para mí ver cuánto ha cambiado en esos diez años, y estoy entusiasmado de ver que estamos entrando en una era de la neurociencia en la que observamos un sistema integrado que integra el cuerpo y el cerebro”, dice Sarah Garfinkel.
La mayoría de las personas probablemente ni siquiera son conscientes de la interocepción hasta que tienen un problema con ella. Garfinkel bromeó diciendo que no sería muy eficaz si estuviéramos constantemente distraídos por los latidos de nuestro corazón o si tuviéramos una visión consciente del funcionamiento de nuestros riñones todo el tiempo. “Nuestro cerebro ha desarrollado una tendencia a percibir y ser consciente del mundo exterior”, explica, razón por la cual dominan nuestros sentidos exteroceptivos como la vista, el oído y el tacto.
Garfinkel dice que la interocepción es importante para comprender con precisión lo que sucede en su cuerpo, particularmente para las personas con afecciones como el autismo, que a menudo tienen dificultades para saber cuándo comer. Pero ella cree que nuestra capacidad para leer señales de nuestros órganos también puede moldear nuestra experiencia emocional.
“Pienso en los sentimientos como cambios en los estados corporales y nuestras percepciones de ellos. Entonces (estoy) tratando de comprender cómo diferentes condiciones clínicas pueden tener diferencias ya sea en las señales corporales mismas o en la sensación de estos cambios y cómo eso podría reflejarse en diferentes perfiles emocionales”, dice Garfinkel.
Ella da el ejemplo del trastorno de estrés postraumático (TEPT), sugiriendo que podría ser que el aumento de la actividad corporal, como una frecuencia cardíaca elevada, interactúe con el cerebro para aumentar el miedo en las personas con TEPT.
Para obtener más información sobre la investigación de Garfinkel y cómo está desarrollando formas de entrenar la interocepción de las personas para ayudarlas a lidiar con la ansiedad, escuche el episodio completo del podcast The Conversation Weekly.