Perrita fue enterrada viva porque era una ‘’molestia’’ para el director de un colegio
La pequeña perrita solo quería que le dieran comida.
Todos los días al ver las noticias sobre maltrato animal nos preguntamos ¿Cómo pueden existir personas que hacen daño a estos seres inocentes? Sin embargo, una vez más queremos compartir un indignante caso de una perrita que enterrada viva por ser considerada una ‘’molestia’’ para el director de una escuela.
Sí, así como lo lee. Parece difícil de creer que existan personas que puedan hacer este tipo de maldad, pero lamentablemente esa es la triste realidad. Este hecho se convirtió en viral en las redes sociales y fue denunciado.
Manono Makhaphela es el director de la escuela Secundaria Luhlaza, ubicado en Khayelitsha de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, quien enterró viva a una indefensa perrita llamada Lily que tenía sus patas paralizadas, según se menciona en el portal Notas de mascotas.
Resulta que para este sujeto era una molestia, pues todo el día estaba ladrando por comida en el patio de la escuela, por lo que en su desesperación de callarla ordenó a sus conserjes deshacerse de este supuesto problema de la peor manera.
Felizmente, Bukelwa Mbulawa, una de las encargas del aseo del colegio se dio cuenta de abominable acto y decidió contactarse con la Clínica de Animales de Mdzanada, para informar sobre lo sucedido y así lograr salvar la vida de la perrita.
Al llegar al lugar, los especialistas encontraron enterrada a Lily a unos 1.5 metros de la cancha de tenis de la escuela. Es así que, tras sacarla del lugar fue llevada rápidamente a la clínica donde afortunadamente no presentó graves heridas tras lo ocurrido.
Pero, tras revisarla pudieron descubrir que que la parálisis de sus patas traseras fue generada por una lesión de la columna vertebral que sufrió en su pasado.
Tras todo lo ocurrido, la Autoridad Fiscal Nacional, realizó una citación al director ante la Corte de Magistrados de Khayelitsha y la gerente de proyectos de la clínica, Jane Levinson, declaró en su contra.
Makhaphela fue encontrado culpable por negligencia, tortura y crueldad hacia un animal causándole daños innecesarios. Él recibió una multa de 6000 Rands sudafricanos, y la mitad de esta multa estuvo suspendida durante cinco años a condición de que implementara un programa de concientización sobre protección animal en la escuela.
En tanto, los conserjes que se encargaron de enterrar viva a la perrita fueron acusados de maltrato animal y tuvieron que realizar 150 horas de servicio comunitario.
Por otro lado, las cosas cambiaron para la hermosa Lily, quien, tras pasar cosas horribles, logró encontrar una familia con Helen Walne, la periodista que cubrió toda su historia. Para agregar a este final feliz, la perrita fue sometida a varios tratamientos y poco a poco se volvió más fuerte hasta llegar al punto de volver a usar sus patas traseras. ¡Un ejemplo de superación!