Mundial de fútbol para abuelitas: pasión, salud y sueños sin fecha de vencimiento
Sudáfrica fue sede del primer torneo internacional que reunió a mujeres mayores de 50 años de varios continentes en una fiesta deportiva única
Un torneo donde la experiencia juega de titular
En un estadio enclavado entre las montañas del norte de Sudáfrica, se vivió un evento que rompió todos los esquemas del fútbol tradicional. Se trata del Torneo Internacional de Fútbol de Abuelas, una competencia que reunió a equipos femeninos integrados exclusivamente por mujeres mayores de 50 años, provenientes de países como Kenia, Francia, Estados Unidos, Togo y del continente anfitrión.
Durante cuatro días, las jugadoras disputaron partidos de 30 minutos, con dos tiempos a ritmo moderado, pero con una energía arrolladora que contagió a todos los asistentes. En el terreno de juego no solo se vio fútbol: también se respiró determinación, alegría y una auténtica celebración de la vida activa en la tercera edad.
Protagonistas que rompen estereotipos
Una de las figuras más carismáticas fue Mbele Nonhlanhla, una sudafricana de 63 años, madre y abuela, que debutó en su primer torneo internacional con la camiseta número 10 del equipo Vuka Soweto. Con una sonrisa orgullosa, declaró:
“Me siento como una superestrella. Me llaman la máquina de hacer goles”.
Desde Kenia, la delantera Edna Cheruiyot, de 52 años, compartió que solo tuvo dos meses para aprender las reglas del fútbol antes de anotar su primer gol.
“No había estado tan en forma desde que tuve mi primer hijo en 1987”, confesó con emoción.
Incluso la jugadora más veterana, Elizabeth Talaa, con 87 años, participó activamente, demostrando que la edad no limita la pasión ni la voluntad de aprender algo nuevo.
Mucho más que deporte: una herramienta para la salud y la inclusión
El origen del torneo se remonta a 2007, cuando Rebecca Ntsanwisi, también conocida como Mama Beka, lo ideó tras superar un proceso de cáncer. Su motivación: mejorar la salud física y emocional de mujeres mayores, especialmente aquellas marginadas o sobrecargadas por las responsabilidades familiares.
“Las mujeres mayores necesitan reunirse y disfrutar. Estamos descuidadas. Este es nuestro tiempo para relajarnos”, expresó la fundadora.
La idea es llevar la próxima edición del torneo a Kenia en 2027, ampliando aún más el impacto de este movimiento.
Cuerpos exigidos, espíritus elevados
Como en cualquier torneo, la competencia también exigió atención médica constante. La doctora Diana Mawila, encargada del equipo local Vakhegula Vakhegula (que significa “abuelas abuelas” en tsonga), explicó que muchas jugadoras requerían chequeos por presión arterial alta. Aun así, las futbolistas se resistían a ser vistas como frágiles.
“¡Estamos en forma!”, respondía entre risas la capitana Thelma Ngobeni, cargando su premio: un paquete de harina de maíz.
Para muchas, el trofeo no era lo más importante. El simple hecho de haber estado ahí, vestido un uniforme y pisado una cancha internacional, fue el mayor logro. Así lo resumió Chris Matson, arquera estadounidense de 67 años:
“No jugué cuando era joven, así que hacerlo ahora es maravilloso. Este es mi primer trofeo, y es precioso”.
Un espectáculo que inspira a generaciones
El torneo cerró con una escena digna del mejor fútbol profesional: himnos nacionales, vuvuzelas y aplausos retumbando en las gradas mientras las jugadoras ingresaban al estadio. El mensaje fue claro: la pasión por el deporte no tiene edad, y los sueños tampoco vencen con el paso del tiempo.
“Nunca es tarde para alcanzar los sueños de infancia. No veo nada que me impida”, dijo Nonhlanhla, antes de enfrentarse al equipo francés.
Con esta hazaña, las abuelitas no solo anotaron goles, sino que dejaron una huella imborrable en la historia del deporte y la igualdad.