Muere ‘migajas’, el gatito obeso que rescataron tras sufrir graves problemas de salud
El gato Kroshik, conocido cariñosamente como ‘migajas’, falleció el 27 de octubre debido a complicaciones graves de salud, informaron los veterinarios del refugio Matroskin en Rusia. Kroshik, quien había sido rescatado en agosto, se encontraba en tratamiento intensivo para reducir su peso, que alcanzaba los 17 kilogramos, y para mejorar su estado general. Sin embargo, mientras avanzaba en su tratamiento, el equipo médico descubrió que también padecía cáncer, con múltiples tumores en su cuerpo que habían hecho metástasis.
Desde su rescate, el refugio había logrado ayudar al gato a perder algunos kilos, lo que permitió que los veterinarios examinaran sus órganos con mayor detalle. El 26 de octubre, su salud comenzó a empeorar rápidamente y presentaba dificultades para respirar. Ante la emergencia, fue hospitalizado y colocado en una cámara de oxígeno para estabilizarlo. A pesar de los esfuerzos de los veterinarios, Kroshik no logró superar la crisis y murió en la clínica.
Su cuidadora relató al medio local Gazeta.ru: “Comenzó a ahogarse. Pasó las últimas dos horas en una cámara de oxígeno, pero no logramos salvarlo. Seguimos sin comprender las verdaderas causas de su fallecimiento”.
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La historia de un rescate y los desafíos de ‘migajas’ en el refugio
Kroshik fue rescatado del sótano de un hospital, donde había sido alimentado en exceso por los vigilantes, lo que llevó al gato a un estado de obesidad extrema. Su condición lo dejó incapaz de moverse, y los veterinarios del refugio tomaron la decisión de someterlo a un riguroso tratamiento que incluyó una dieta baja en grasas y terapias como masajes, hidroterapia y kinesioterapia.
Aunque al inicio de su tratamiento se le diagnosticó lipidosis hepática, y su piel presentaba problemas que requirieron afeitarle el abdomen, Kroshik comenzó a mostrar avances. Usando un comedero inteligente, que administraba su alimento en dosis controladas, logró perder 1.1 kilos en la primera semana y, para el 21 de octubre, ya había bajado tres kilos. La pérdida de peso le permitió recuperar cierta movilidad, y podía caminar y saltar al sofá de forma autónoma.
Sin embargo, el estilo de vida en el refugio no parecía ser del agrado de Kroshik, quien intentó escaparse una vez, aunque sin éxito. En el intento, mordisqueó el borde de su cama hasta hacerla pedazos, quedando atrapado en un estante.