Los impactantes cambios que sufrirían los humanos por el uso de celulares
¡Atención, no es broma! En el año 2100, la humanidad sería jorobada y no tendría mucha movilidad.
Jorobados, con cuellos más alargados y con manos en forma de garra. Así serían los seres humanos en el año 3000, según una simulación que hizo TollFreeForwarding, una empresa de telecomunicaciones estadounidense.
Los cambios que tendrían las personas en su aspecto se darían por el constante uso de aparatos electrónicos y, para sustentar su afirmación, la compañía se basó en la opinión de expertos en ciencia y salud y diseñó un modelo en 3D al que llamó Mindy.
La espalda encorvada sería el resultado de pasar horas frente a un monitor, mientras que el alargamiento del cuello se obtendría por la forma en la que nos inclinamos para ver los teléfonos celulares.
En el caso de la mano, la forma de garra que tomaría sería por la manera en la que agarramos los celulares.
Y hay más: los codos estarían siempre con un ángulo de 90 grados, por “la posición típica del brazo cuando se sostiene y se usa celulares, ya sea para uso general o para largas llamadas telefónicas”, aseguró TollFreeForwarding.
Los cráneos serían más gruesos, para proteger a los cerebros de las radiofrecuencias de los celulares, aunque estos últimos también tendrían una transformación: serían más pequeños a causa del sedentarismo.
Finalmente, un cambio muy drástico se daría en los ojos: se desarrollaría otro par de parpados para proteger contra la luz artificial de los aparatos tecnológicos.
Más que el uso de dispositivos digitales, las personas verían afectadas sus competencias sociales por las aplicaciones en las que interactúan gracias a los aparatos eléctricos.
TollFreeForwarding aseveró, siempre basándose en expertos y en estudios, que la humanidad entraría a necesitar, totalmente, de celulares y computadores para comunicarse e interactuar.
Asimismo, la productividad laboral se afectaría por la falta de sueño, que se desencadenaría por la radioactividad que se recibe de los aparatos.
“La tecnología y el uso de las redes sociales, por ejemplo, nos hace propensos a la ansiedad y el estrés”, concluyó la simulación.
El Tiempo, GDA