La enorme propina que dejó un cliente para ayudar a un restaurante en crisis
Un local llevaba más de un mes cerrado por el coronavirus y un cliente quiso salvarlo de la crisis con una importante suma.
Tras varias semanas sin poder levantar las persianas, obligados a permanecer cerrados al público por el coronavirus, algunos restaurantes de Estados Unidos comienzan a reabrir sus puertas para empezar a recibir a sus clientes nuevamente. Para muchos de estos establecimientos, volver a servir comida a sus visitantes no fue para nada sencillo, ya que el cierre por el Covid-19 los dejó golpeados económicamente al límite de la quiebra, con unas importantes pérdidas económicas.
Por ello, hay gestos que pueden ser especialmente significativos para estos emprendimientos que se vieron afectados directamente por la imposibilidad de circular que estipuló el distanciamiento social. Un ejemplo es lo que vivieron los dueños del Frog & The Bull, un establecimiento ubicado en Austin, Texas. Tras abrir sus puertas, un cliente que ya había comido allí anteriormente fue con toda su familia a almorzar. Cuando terminó, pidió la cuenta, que ascendía a 337 dólares.
Para sorpresa de los camareros y de David Fernández, dueño del establecimiento, el cliente pidió que le cobrasen el doble. Tras insistir, el camarero le cobró los 337 dólares y le trajo una nueva cuenta con el mismo importe. Pero lo más sorprendente de todo es que el hombre no solo volvió a pagar la segunda cuenta sino que además añadió una propina de 300 dólares para el camarero y otra de 1.000 dólares “para la casa”. El importe total ascendió a 2.029 dólares.
“Primero estaba muy impactado, porque no entendía por qué estaba haciendo eso. Pero luego dijo que estaba muy agradecido por el hecho de que hubiésemos abierto y que hubiésemos asumido el riesgo de servir a la comunidad. No sabía lo que decir. Fue un gesto muy generoso y me siendo muy agradecido por ello”, explicó Fernández a CNN.
«Realmente no supe qué decir», dijo Fernández. «Fue extremadamente generoso y me impresionó mucho».
The Frog & The Bull, un restaurante de tapas de inspiración ibérica, ni siquiera tenía cinco meses cuando la pandemia de coronavirus llevó a un cierre temprano justo en el Día de San Patricio.
Como la mayoría de la industria de restaurantes en Estados Unidos, el local fue afectado fuertemente debido a la crisis del Covid-19, y Fernández tuvo que despedir a la mayoría de sus empleados.
Con el mínimo del personal, el dueño trató de mantener el restaurante funcionando con un menú de comida para llevar y delivery. Pero el impulso que el restaurante había ganado en sus primeros cinco meses se perdió, y Fernández dijo que él y su personal estaban «luchando por sobrevivir».
«Literalmente nos reinventamos de la noche a la mañana de un establecimiento de comidas informales de lujo a lo que le dije a mi chef ejecutivo que tenía que ser un camión de comida sin ruedas», dijo Fernández.
Entonces, cuando la orden de quedarse en casa de Texas expiró el 30 de abril y los establecimientos comenzaron a abrir nuevamente, Fernández tenía todo preparado para pelear contra la crisis. «Estamos bien preparados para tratar con todos los avisos», dijo. «Por ejemplo, solo podemos acomodar una capacidad máxima del 25%, por lo que tenemos un esquema de asientos muy estricto que preparamos para mantener a las personas seguras».
El dinero extra del generoso cliente ayudará al restaurante a recuperar sus cuentas, dijo Fernández. Si bien no conoce más detalles sobre el cliente, el dueño del negocio dejó en claro que se asegurará de que el cliente esté bien atendido la próxima vez que venga.