El país que por el coronavirus va a tirar más de 10 millones de litros de cerveza
Con bares y restaurantes cerrados desde hace dos meses, la mayoría de la bebida se descarta porque está en barril y sin pasteurizar.
«El cierre brutal de cafés, restaurantes, y la paralización de la actividad turística y la anulación de todos los festivales y salones han dejado más de 10 millones de litros de cerveza, mayoritariamente en barril «sin consumir» , anunció su sindicato profesional el martes.
En Francia se perderán al menos 10 millones de litros de cerveza ya que no han podido ser consumidos durante el confinamiento decretado para frenar la pandemia del nuevo coronavirus, informaron los productores.
«La destrucción de esta cerveza tendrá también un costo nada despreciable para las empresas», dice el sindicato. La principal razón del descarte es que la cerveza más popular no suele estar pasteurizada, por lo que se estropea con el paso del tiempo.
Alrededor del 25% de los fabricantes están parados, ante la falta de actividad, según un estudio realizado recientemente, y el «70% de los fabricantes declaran una pérdida del 50% del volumen de negocio o más desde el 15 de marzo».
Otro de los países visiblemente afectado es Italia, donde productores de vino y espumosos registran una impresionante caída en las ventas.
La península, que es el primer productor mundial de vino, con 47,5 millones de hectolitros el año pasado, por delante de Francia con 42,1 millones, mantiene ese título desde 2015.
Gran parte del vino se vende en el exterior, con una ganancia de 6.400 millones de euros el año pasado, en comparación con los 9.800 millones de Francia, principal exportador por valor.
«Desde hace un mes y medio la distribución a hoteles, restaurantes, servicios de catering y cafeterías en Italia ha sido interrumpida. Gradualmente ha ocurrido lo mismo en el resto de Europa y al otro lado del Atlántico» debido a las medidas de contención por el coronavirus.
«Las ventas de vino espumoso están cerca a cero», lamentó Lodovico Giustiniani, presidente de la organización agrícola Confagricoltura de Véneto (noreste). «El otro canal, el de la gran distribución (supermercados), todavía funciona, pero no compensa las ventas», sostiene.
Su propia bodega, Borgoluce, que no vende para la gran distribución y está muy presente en el extranjero (Estados Unidos, Canadá, Sudeste de Asia), sufrió una caída del 90% de sus ventas en marzo.
«Lo que se perdió en estos dos meses, no lo recuperaremos jamás. Las personas no beberán más de lo que ya beben», asegura el enólogo.