El alimento que podría salvar a 1 de cada 8 personas de la hambruna en una catástrofe global
Si la luz solar no llegara a la superficie terrestre por los efectos de una guerra nuclear o el impacto de un asteroide, este insumo se convertiría en el pilar de la alimentación para los humanos.
Los científicos saben que en el hipotético escenario de que cayera un gran asteroide a la Tierra, iniciara una guerra nuclear entre potencias mundiales o erupcionara un gigantesco volcán en la superficie, gigantescas nubes de cenizas, hollín y otras partículas cubrirían los cielos del planeta y bloquearían la luz proveniente del Sol.
En ese mundo de tinieblas, muchas plantas no podrían recibir luz solar —fuente vital para la fotosíntesis— y, por ende, la agricultura sufriría un duro revés que pondría a la humanidad en riesgo de hambruna. Aunque todo parecería estar perdido para la especie humana, una reciente investigación ha descubierto que el futuro podría ser esperanzador gracias a un alimento que persistiría en ese escenario. Se tratan de las algas.
Tras analizar sus propiedades, expertos han descubierto que las algas marinas —conocidas como las verduras del mar— cumplen con las características para sobrevivir a una intempestiva reducción del brillo solar y así convertirse en el principal alimento para los humanos cuando todos los demás sustentos escasean.
¿Cómo sobrevivirían las algas a una catástrofe en la Tierra?
En el estudio, publicado en Earth’s Future, los investigadores construyeron una simulación basada en el alga Gracilaria tikvahiae. Esta especie, comúnmente conocida como grácil hierba roja, es de consumo humano y crece en mares de todo el mundo, por ejemplo, en China y Brasil.
Teniendo a este organismo de referencia, los expertos procedieron a simular cómo sería su ritmo de crecimiento en el fondo del mar en condiciones de emisiones de hollín producidas por un conflicto mundial con miles de armas nucleares.
En ese escenario, se sabe que si las grandes potencias se atacaran entre sí con miles de ojivas nucleares, se podrían expulsar a la atmósfera 150 teragramos (Tg) de emisiones de hollín, bloqueando la luz solar durante décadas.
Sin embargo, los expertos descubrieron que aun así, en esa oscuridad y con gran cantidad de carbono negro en la atmósfera terrestre, todavía existiría suficiente luz solar para que las algas realicen fotosíntesis y crezcan como ningún otro producto agrícola podría.
«El requerimiento de luz de algunas especies de algas para saturar la fotosíntesis podría ser tan bajo como 50 a 100 micromoles de fotones (medida de luz necesaria para las plantas)», señaló el biólogo Michael Roleda, coautor de la investigación. En los trópicos, el mediodía de un día sin nubes puede alcanzar casi 2.000 microfotones, añadió.
¿Por cuánto tiempo este alimento abastecería a la humanidad?
Según el estudio, las granjas de algas marinas podrían proporcionar el equivalente al 45% de la demanda global de alimentos en un plazo de 9 a 14 meses, apenas utilizando las zonas más productivas para el cultivo de algas en el mundo y con la preparación suficiente, ubicadas en latitudes tropicales.
Aunque una dieta basada exclusivamente en algas no es viable para un humano, la intervención de dicho alimento podría evitar aproximadamente 1.200 millones de muertes por hambruna, que representa al 15% de la población mundial, estimado en 8.000 millones de personas. Esto sería aproximadamente como salvar la vida de 1 de cada 8 personas.
El grupo de expertos encontró que todas las algas pueden ser cultivadas en los océanos tropicales incluso después de una guerra nuclear y que,la velocidad de crecimiento de los cultivos aumenta con la gravedad de la catástrofe.
¿Las algas serían seguras para el consumo humano?
Según Roleda, aunque las algas absorberían naturalmente los contaminantes del medio ambiente, las sustancias tóxicas en las algas podrían reducirse a niveles seguros.
«Por ejemplo, se ha descubierto que el procesamiento poscosecha y la preparación previa al consumo, como el lavado y secado, la reacción enzimática y el escaldado o cocción, entre otros, reducen significativamente la concentración de yodo y metales pesados en las algas», sostuvo.
Las algas marinas son una fuente de alimento segura y nutritiva. Según David Denkenberger, profesor asociado de ingeniería mecánica en la Universidad de Canterbury, las algas son una fuente de proteínas y grasas saludables, así como de vitaminas y minerales esenciales.
Sin embargo, pese a esas ventajosas propiedades, su alto contenido en yodo solo podría proporcionar hasta el 15% de la dieta que los humanos necesitamos.