Curandero se casó con siete mujeres en un mismo día
Quiere tener 100 hijos para formar una ‘gran familia feliz’
Con el propósito de formar una gran familia, un curandero de Uganda (al este de África) no encontró nada mejor que casarse con siete mujeres, protagonizando una ceremonia que sorprendió a todos sus vecinos.
A sus 43 años, el hombre pretende seguir contrayendo matrimonio y formar un clan que tenga cien niños, al menos: «En mi familia somos muy pocos, así que quiero tener muchos hijos en mi hogar», declaró el protagonista de este insólito caso.
Por muy particular que sea la historia, en su país —y gran parte del continente africano— la poligamia es legal, así que puede tener cuantas esposas desee. Además, tiene antecedentes: sus tres generaciones antecesoras (bisabuelo, abuelo y padre) tuvieron hasta seis esposas.
Así fue la ceremonia de matrimonio
Antes de darles el «sí», el curandero Habib Nsikonnene les regaló un auto a cada una de las siete mujeres, incluyendo motocicletas para los padres de algunas de ellas.
Si bien la boda fue realizada el mismo día (domingo 10 de septiembre), no se casó con las siete al mismo tiempo. El marido llegaba a la casa de sus esposas y ahí sellaban su amor. Después de casarse con la séptima, las invitó a todas a una fiesta en su hogar particular, donde los esperaba una multitud de personas.
«Mis esposas no tienen celos entre ellas, las presenté por separado y las casé a todas a la vez para formar una gran familia feliz. Todavía soy un hombre joven y en un futuro próximo, si Dios quiere, no puedo decir que esto sea el final», señaló en la instancia, según consigna The Sun.
El curandero ahora es una leyenda local
Uno de los asistentes de la celebración declaró que «algunas personas no podían creer que (la boda) fuera real, otros dijeron que era la primera vez que presenciarían un evento así».
Según comentó Emmanuel Owere, vecino del marido, «este hombre con cualidades poco comunes se estableció en la aldea hace unos cuatro años. Vino, compró un terreno aquí y se presentó ante mí como un curandero tradicional. Le permitimos ejercer su oficio».