Así es K2-18 b, el planeta 8 veces más grande que la Tierra donde la NASA ha detectado indicios de vida
Recientemente, el telescopio James Webb halló moléculas de carbono en la atmósfera de un exoplaneta. Estas partículas están presentes en los océanos de la Tierra.
El telescopio espacial James Webb, de la NASA, detectó componentes asociados a la vida en un planeta ubicado más allá del sistema solar. El exoplaneta K2-18 b es reconocido por ser ocho veces más grande que la Tierra y, ahora, el reciente hallazgo evidenció indicios de que podría albergar agua o incluso formas de vida.
La investigación reveló presencia de moléculas que contienen carbono, incluido metano y dióxido de carbono, en la atmósfera de K2-18 b, lo que lo convertiría en un exoplaneta Hyceano. Este nombre, que resulta de una mezcla de las palabras hidrógeno y océano, en inglés, se utiliza para denominar a planetas que podrían poseer océanos de agua.
«Nuestros hallazgos subrayan la importancia de considerar diversos entornos habitables en la búsqueda de vida en otros lugares», explicó Nikku Madhusussan, astrónomo de la Universidad de Cambridge y autor principal del artículo, en un comunicado oficial de la NASA.
Madhusussan señala que, normalmente, la búsqueda de vida en otros planetas se centra en cuerpos rocosos más pequeños, pero que los mundos Hyceanos permiten observaciones atmosféricas más detalladas.
¿Cómo es K2-18 b?
El exoplaneta en cuestión fue descubierto en 2015. Se ubica a 120 años luz de la Tierra, en la constelación de Leo. Se encuentra alrededor de la estrella fría enana K2-18, a 0,1429 AU de distancia.
La masa de K2-18 b es 8,92 veces la del planeta azul y tarda 32,9 días en completar una órbita de su estrella, según la NASA.
El descubrimiento de metano y dióxido de carbono, sumado a la ausencia de amoniaco, también indica que podría detectarse una molécula llamada sulfuro de dimetilo. Conocida como DMS, en la Tierra es un componente que solo existe si hay presencia de vida, pues es emitido por fitoplancton en ambientes marinos.
No obstante, la presencia de DMS aún requiere mayor validación, señaló Madhusussan. El artículo con los hallazgos fue publicado en The Astrophysical Journal Letters y está disponible desde el portal de la NASA.
Los recientes rasgos, conocidos por la tecnología de James Webb, fueron posibles de observar por el rango de longitudes de onda y sensibilidad sin precedentes del telescopio.
Próximos pasos
El equipo realizará una investigación de seguimiento con el espectrógrafo MIRI (instrumento de infrarrojo medio) del telescopio, lo que proporcionará nuevos conocimientos sobre las condiciones ambientales de K2-18 b, según adelantó un comunicado oficial de la entidad espacial.
«Nuestro objetivo final es identificar vida en un exoplaneta habitable, lo que transformaría nuestra comprensión de nuestro lugar en el universo», declaró Nikku Madhusushan.