Japón pierde contacto con Akatsuki, la nave de 300 millones de dólares que orbita alrededor de Venus
La Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón ha informado que perdió contacto con la única sonda espacial que orbita Venus desde hace casi una década.
La Sonda Espacial Akatsuki Pierde Contacto: Una Brecha en la Exploración de Venus
La sonda espacial Akatsuki, una pieza clave en la exploración de Venus, ha dejado de comunicarse con la Tierra, según informó la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) en un comunicado reciente. Esta pérdida de contacto representa un revés significativo en el estudio de la atmósfera del segundo planeta del sistema solar.
Akatsuki, también conocida como Venus Climate Orbiter, ha estado dedicada a investigar los patrones climáticos y la atmósfera venusina durante años. Sin embargo, JAXA ha confirmado que se ha vuelto imposible establecer comunicación con la sonda después de un prolongado período de intentos fallidos.
La sonda, cuyo nombre en japonés significa «Amanecer», fue lanzada en mayo de 2010 desde el Centro Espacial Tanegashima en Japón. A pesar de algunos contratiempos iniciales que llevaron a creer que la misión estaba perdida, Akatsuki logró ingresar en órbita alrededor de Venus en 2015, convirtiéndose en una herramienta invaluable para la investigación científica.
Equipada con cámaras y sensores avanzados, Akatsuki ha proporcionado valiosos datos sobre la atmósfera de Venus, permitiendo a los científicos obtener una comprensión más profunda de los fenómenos climáticos y geológicos en el planeta. Desde la observación de nubes de ácido sulfúrico hasta el análisis de tormentas en la superficie, la sonda ha ampliado nuestro conocimiento sobre este misterioso mundo.
Sin embargo, la pérdida de contacto ha generado incertidumbre sobre el futuro de la misión. La causa exacta de esta interrupción en la comunicación aún no ha sido determinada, pero se sospecha que podría estar relacionada con un prolongado período en el modo de control de estabilidad de actitud baja.
Los esfuerzos para restablecer la comunicación continúan, pero hasta el momento no han tenido éxito. Esta pérdida representa un golpe para la comunidad científica, que ahora enfrenta la posibilidad de perder una valiosa herramienta en la exploración del cosmos y el entendimiento de nuestro vecino planetario, Venus.