Del petróleo a la carrera espacial: Emiratos Árabes Unidos envía una ambiciosa misión a Marte
La sonda Hope se lanzará este miércoles. Hará el primer mapa global de la atmósfera marciana.
Con apenas 14 años de experiencia en tecnología aeroespacial y unos pocos satélites en órbita, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) están a punto de dar su gran salto interplanetario. Este miércoles 15 de julio -y con una ventana de tres semanas, en caso de que haya postergaciones- se inicia la cuenta regresiva de la Emirates Mars Mission (EMM) que enviará a la sonda Hope (Al-Amal, en árabe; Esperanza, en español) a trazar el primer mapa global de la atmósfera de Marte. Lo más curioso es que si alcanza su objetivo, publicará sin restricciones todos los resultados de la misión para beneficio de la comunidad científica.
La misión partirá desde el Centro Espacial Tanegashima, situado al suroeste de Japón, utilizando un cohete Mitsubishi Heavy Industries (MHI H2A). Para alcanzar su destino en febrero de 2021 y coincidir con el 50 aniversario de la fundación del estado petrolero del Golfo, deberá recorrer 495 millones de kilómetros.
Más allá de la reputación mundial que implica completar el objetivo y ser parte del selecto club de naciones que lograron cumplir esta proeza técnica, hay también un trasfondo social para los EAU que va más allá de la gloria.
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El jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum señaló que «la civilización árabe alguna vez jugó un papel clave en la contribución del conocimiento humano y ahora lo volverá a desempeñar. Es también una muestra para nuestros hermanos árabes de que nada es imposible y que podemos competir con la mayor de las naciones en la carrera por el conocimiento”, enfatizó.
La nave fue diseñada y desarrollada en Dubái por ingenieros del Centro Espacial Mohammed bin Rashid (MBRSC) en colaboración con socios académicos de las universidades estadounidenses de Colorado Boulder, California, Arizona y Berkeley. Al llegar, tendrá un plazo de dos años para trazar modelos holísticos de la atmósfera marciana.
Tras analizar el recorrido y los objetivos de otras sondas similares, los ingenieros emiratíes determinaron que el orbitador de la nave investigue cómo cambia la atmósfera marciana a lo largo de los ciclos diarios y estacionales, algo que ninguna otra agencia había hecho de manera exhaustiva.
Esta órbita única servirá para repasar, durante todo el ciclo estacional, los eventos climáticos en la atmósfera inferior, como las tormentas de polvo y el clima en diferentes áreas geográficas. Según el equipo de EMM, la sonda será el «primer satélite meteorológico verdadero» en el vecino Rojo.
En forma complementaria, examinará las capas atmosféricas de Marte para explicar cómo pasó de sostener agua líquida -como se especula- hasta una atmósfera tan delgada que el agua solo puede existir como hielo o vapor. Estas mediciones ayudarían a comprender por qué el planeta está perdiendo su hidrógeno y oxígeno en el espacio y la conexión entre los niveles superior e inferior de la atmósfera.
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Otro hecho sorprendente, teniendo en cuenta la envergadura de la misión y el recelo de la cultura árabe, es que científicos de más de 200 universidades y centros de investigación de todo el mundo tendrán acceso libre a la información que se vaya cosechando, sin restricciones ni embargos.
La Mars Hope es una sonda cúbica con tres instrumentos (una cámara digital y dos espectrómetros: uno infrarrojo y el otro ultravioleta) que alcanza los 1.350 kilos. En los laterales tiene dos paneles solares de 900 vatios para cargar sus baterías. Se comunicará con la Tierra utilizando una antena de alta ganancia con un plato de 1,5 metro de ancho.
La nave espacial también estará equipada con sensores de seguimiento de estrellas que ayudarán a determinar su posición en el espacio mediante la identificación de las constelaciones en relación con el Sol.
El lanzamiento consta de dos etapas. En la primera, el cohete japonés de 53 metros alcanzará una velocidad de 38.000 km/h para situar la nave en la órbita terrestre, momento en el cual se inicia un trayecto de siete meses a una velocidad de 121.000 km/h hasta alcanzar la órbita marciana, 200 días más tarde.
Los planes para esta misión se anunciaron seis años atrás. En aquel momento, la nación no tenía agencia espacial ni científicos planetarios de renombre. Hasta entonces, su único mérito espacial era un modesto programa de colaboración con Corea del Sur (2009 y 2013), que le había permitido colocar dos satélites en órbita.
Por eso, cuando en 2014 oficializaron su ambicioso proyecto de rodear Marte con una costosa sonda, muchos lo tomaron como una meta inalcanzable y se burlaron de sus pretensiones.
«Creo que uno de los mensajes de esta misión es la esperanza, que es el nombre de la sonda. Si una nación pequeña como nosotros es capaz de lograr este tipo de misión y llegar a Marte, entonces todo es posible», dijo Hessa Al Matroushi, responsable de análisis y datos del MBRSC.
En 2017 lanzó un nanosatelital llamado Nayif-1 y un año más tarde, puso en órbita su primer satélite de detección remota «100% diseñado y fabricado por los EAU». El siguiente paso será llegar a Marte con éxito.