Australia empieza a probar la vacuna BCG contra el coronavirus
En Melbourne están vacunando a cientos de trabajadores sanitarios.
Una vacuna contra la tuberculosis disponible durante décadas se está probando en Australia para medir su capacidad para ayudar al sistema inmunológico a combatir el coronavirus SARS-CoV-2 que causa el Covid-19. Se trata de la célebre BCG.
La estrategia particularmente apunta a la preparación para una temida segunda ola de contagios.
La vacuna BCG, cuya capacidad es conocida para estimular el sistema inmune, se usa actualmente para varios tratamientos, por ejemplo como terapia para el cáncer de vejiga.
En la experimentación, lanzada por el Murdoch Children’s Research Institute en Melbourne, se está vacunando con el bacilo BCG de tuberculosis a cientos de trabajadores sanitarios, que están en la primera línea en los hospitales de Melbourne, Adelaide y Perth.
La meta es reclutar 10.000 trabajadores de la salud de todo el mundo, incluidos en Europa y América del Sur, donde el virus es más frecuente.
Para Nicolas Wood, especialista en inmunología del hospital Westmead de Sidney, la vacuna puede resultar vital si hay un nuevo pico de infecciones con flexibilizaciones del aislamiento social. «Puede haber una segunda ola. Si esto sucede, la vacuna BCG podría proporcionar protección», afirmó.
¿Por qué podría funcionar la BCG?
La vacuna del Bacilo Calmette-Guerin todavía se usa extensamente en el mundo en desarrollo, donde los científicos han descubierto que hace algo más que prevenir la tuberculosis. La vacuna evita la muerte de bebés por una serie de causas y reduce la incidencia de enfermedades respiratorias.
La vacuna parece “entrenar” al sistema inmune para reconocer y reaccionar ante una variedad de infecciones, entre ellas los virus, las bacterias y los parásitos, dicen los especialistas. En abril, había pocas pruebas de que la vacuna mitigue la infección por coronavirus, pero una serie de ensayos clínicos que Australia comenzó a realizar entonces aportaron buenas noticias.
En abril, científicos de Melbourne, Australia, comenzaron a administrar la vacuna B.C.G. o un placebo a miles de médicos, enfermeras, terapistas respiratorios y otros trabajadores de atención sanitaria, en el primero de varios ensayos controlados aleatorizados que probarán la eficacia de la vacuna contra el coronavirus.
Un poco de historia
La historia de la vacuna BCG. es inusual. En el siglo XIX, su idea surgió de la observación de que las ordeñadoras no contraían la tuberculosis. La vacuna lleva el nombre de sus inventores, el Dr. Albert Calmette y la Dra. Camille Guerin, quienes la desarrollaron en los primeros años del siglo XX a partir del mycobacterium bovis, una forma de tuberculosis que infecta al ganado.
La vacuna se usó por primera vez en humanos en 1921 y fue ampliamente adoptada después de la II Guerra Mundial. Ahora la B.C.G. se usa principalmente en el mundo en desarrollo y en países donde la tuberculosis aún es común y se administra a más de 100 millones de bebés al año.