Vacuna experimental china demostró eficacia contra mutaciones de COVID-19, afirma desarrollador
El proyecto desarrollado por CanSino Biologics pudo cubrir todas las mutaciones registradas hasta el momento del nuevo coronavirus, afirmó su creadora Chen Wei.
La candidata a vacuna contra la COVID-19 desarrollada por el Instituto de Medicina Militar de China, en conjunto con el laboratorio CanSino Biologics, demostró ser eficaz para combatir todas las mutaciones hasta ahora registradas del nuevo coronavirus, reveló Chen Wei, jefa del equipo de investigación de vacunas.
En una entrevista para la agencia de noticias Xinhua, la científica precisó que incluso si el gen elegido mutara, debilitando el efecto protector de la potencial vacuna, esta podría emplearse todavía para lograr la inmunidad básica. Además, de ser el caso, China tendría la capacidad de desarrollar rápidamente una nueva vacuna dirigida específicamente a la mutación específica para mejorar su efecto.
“Es como una actualización y un parche para el software”, aseguró Chen e indicó que su equipo se está preparando para la vacunación masiva a un precio bajo una vez que salgan los ensayos clínicos de la última fase.
“Tenemos derechos de propiedad intelectual completos sobre esta vacuna, lo que significa que no tenemos que depender de otros y podemos llevar a cabo nuestra propia investigación y desarrollo (I + D)”, agregó.
La candidata a vacuna desarrollada por CanSino Biologics se trata de un vector de adenovirus recombinante llamada Ad5-nCoV. A este tipo de vacuna se le conoce como no replicativa.
Su proceso de creación consiste en la utilización de otro virus (en este caso el adenovirus) como medio de transporte del ARN del patógeno que se quiere combatir (SARS-CoV-2), pero modificado para que no se replique.
Una vez que se inocula al paciente con la vacuna, el vector es reconocido por nuestro organismo directamente (por la célula dendrítica) y se genera la respuesta inmune.
Los ensayos clínicos de primera fase para AD5-nCoV iniciaron el 16 de marzo de 2020, y la convirtieron en la primera candidata a vacuna contra la COVID-19 en el mundo. En julio, los se publicaron los resultados de la segunda etapa y en junio China aprobó un esquema de prueba para el uso de emergencia en personas de alto riesgo.
El siguiente mes se convirtió en la primera vacuna experimental en obtener la patente en el país. Actualmente se encuentra atravesando los ensayos de su última fase, los cuales se desarrollan en el extranjero en un número masivo de voluntarios.