Más de 7 mil indígenas Ngöbe-Buglé entrarán al país para cosecha de café
Para evitar en la medida de lo posible la propagación del virus SARS-CoV-2, y proteger a los recolectores de café, los productores han definido una serie de protocolos.
Los indígenas Ngöbe-Buglé, ciudadanos binacionales que habitan en la frontera entre Panamá y Costa Rica se preparan para trabajar en la cosecha de café que se desarrolla en el país. Antes de iniciar sus labores. Los también llamados guaymíes, deberán someterse a estrictos controles sanitarios debido a la emergencia que se vive por la pandemia del Covid-19.
Los productores, las comunidades y las autoridades sanitarias se enfrentan a un gran reto, primero controlar el virus para que no sucedan brotes descontrolados como ocurrió en otras zonas del país, y luego realizar la cosecha de café de este atípico 2020 con la colaboración de muchas personas para evitar considerables pérdidas económicas para este sector de la economía nacional.
Solo en la zona de Coto Brus, cafetalera por excelencia, se espera recolectar aproximadamente 150 mil fanegas de café. Así lo informó Telenoticias.
Muchas fincas, en ese sector, se ubican cerca de la frontera sur en Sabalito y se preparan para recibir al primer grupo de 7 mil indígenas de la etnia Ngöbe-Buglé que todos los años participan en la recolección del grano de oro.
De no ser por los indígenas Ngöbe-Buglé, parte de la cosecha de café se perdería ya que la mano de obra local es insuficiente. En las próximas semanas se espera que ingresen más para colaborar con la cosecha en otras zonas del país.
El sector cafetalero como las autoridades sanitarias tienen claro que la situación de la pandemia por el coronavirus vino a poner orden en muchos aspectos en los que antes no se tenía mucho control. Por ejemplo, se daba el caso de que muchos indígenas ingresaban por puestos fronterizos no oficiales, indicó el noticiario.
Luego de ingresar a territorio nacional, eran esperados por personas que comercializaban esa mano de obra y la ubicaban en varias fincas. Algunos se hospedaban en lugares insalubres, sin agua potable y vivían hacinados.
Incluso, muchos de los miembros de la población Ngöbe-Buglé, ya venían enfermos de su lugar de origen, con problemas de desnutrición, respiratorios, niños y hasta mujeres en estado de embarazo que daban a luz en Costa Rica.
Todos esos factores y la alerta sanitaria, encendieron las alarmas entre los productores, están conscientes de que si se llegan a repetir estas acciones serán un caldo de cultivo para el virus SARS-CoV-2. Por eso se preparan para ejecutar un control más estricto del ingreso de los inmigrantes.
Una comisión, conformada por autoridades sanitarias, productores, funcionarios de la Municipalidad de Coto Brus y de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) trabajan desde hace tres meses en un plan para evitar el colapso económico por la falta de mano de obra y a la vez tener un control de la salud de los indígenas incluso antes de que ingresen al país.
Los productores, indicaron a Telenoticias, que han estado en contacto con las comarcas de los indígenas para que sus líderes, autoricen viajar a Costa Rica solo a los que se encuentren en buenas condiciones de salud, libres del virus.
Para realizar un estricto control, evitar en la medida de lo posible la propagación del virus SARS-CoV-2, y proteger a los recolectores de café, los productores han definido una serie de protocolos.
Por ejemplo, todos los productores poseerán una cédula cafetalera que los identifique como tales y serán los responsables de sus recolectores de café. Además, los indígenas ingresarán a una finca de destino específica, los productores los recogerán en la frontera, de ahí los llevarán a sus fincas, donde realizarán una cuarentena de 14 días. Si alguno de los indígenas presenta síntomas será aislado en un lugar destinado en la misma finca.
También, los recolectores se instalarán en albergues que posean agua potable y todos los servicios además deben contar con implementos higiénicos como alcohol y jabón. No habrá hacinamiento y contarán con rótulos que indiquen los lineamientos sanitarios como el uso de la mascarilla y el lavado de manos en su lengua indígena ngobe.
Luego de cumplir con la cuarentena, no podrán salir de las fincas, se mantendrán en ese lugar bajo la responsabilidad de los propietarios. Instalarán dentro de la finca pulperías y otros servicios para que no tengan la necesidad de visitar el pueblo.
Además, se les estará controlando la temperatura y otros signos vitales varias veces al día.