El “Ángel” de los animales que salva a perros y gatos arrojados a la basura en Bolivia
El solidario hombre ha salvado de la muerte a varios animales que estaban a punto de ser triturados por los camiones compactadores de basura.
Miguel Ángel Condori se ha ganado el cariño de los pobladores de Alpacoma, Bolivia, por su solidaria labor de rescatar animales abandonados en la basura. Condori, de 41 años, es un trabajador de la empresa municipal de aseo urbano de La Paz, quien sufrió un accidente que lo dejó en coma durante seis meses y con una lesión física de por vida. Sin embargo, esta discapacidad no le ha impedido que profese su gran amor hacia los animales abandonados.
En su humilde casa ubicada en el barrio de Alpacoma, Miguel Ángel da asilo a sus 23 mascotas: 18 perros y cinco gatos, los cuales corretean y descansan a gusto en un amplio patio que tiene en la parte trasera de la propiedad.
Los animales salen por turnos y los gatos obedecen cuando Miguel Ángel les pide que ingresen a su habitación para dar paso al siguiente turno de mascotas y evitar una batalla campal entre felinos y caninos, contó el hombre al diario Página Siete.
Miguel Ángel camina arrastrando un poco la pierna derecha, una secuela del accidente que sufrió hace ocho años al caer de cabeza mientras trabajaba. “Después de que he salido del coma he estado medio año como vegetal en mi casa, mi esposa no ha podido cuidarme, me ha dicho ‘anda con tus papás, no te voy a poder cuidar’ y por eso me he separado”, contó.
Tras separarse de su pareja, Miguel Ángel busco la compañía de los animales e inició criando a dos gatos, y luego comenzó a alimentar a perros callejeros de su localidad. Seis canes fueron los primeros privilegiados en encontrar un hogar, pues el hombre de buen corazón los adoptó.
No obstante, sus problemas comenzaron cuando el dueño de su departamento le prohibió que tenga animales en el lugar. Miguel decidió mudarse y encontró un local amplio donde las mascotas juegan y descansan sin ninguna objeción.
«Lo que me da pena es que los meten al contenedor en bolsas, amarradas sus patitas, hocicos cerrados, como para que nadie sepa que hay un perrito ahí», lamentó. «La gente es una porquería», sentenció el trabajador, al considerar que se deshacen así sobre todo de las hembras para evitarse de problemas cuando entran en celo.
Por su denodado trabajo Miguel Ángel se ha hecho muy conocido y querido por sus vecinos, quienes no dudan en entregarle donativos. El imparable trabajador sostiene que continuará rescatando animales mientras tenga vida. “Esta enfermedad me estaba preocupando harto, porque si me agarra el coronavirus, qué voy a hacer decía yo, pero Dios es bueno y sabe por qué me ha dado esta oportunidad de vida”, concluyó.