Exalumna del Colegio Claretiano que fue violada cuenta su triste historia
El juicio por el delito sexual que sufrió Emma, se efectuó en diciembre de 2017, en él se condenó al profesor a 26 años de cárcel, sin embargo aún trabaja para el MEP.
La semana anterior, alumnos y egresados del Colegio Claretiano decidieron romper su silencio y denunciaron en redes sociales los supuestos casos de hostigamiento y abuso sexual que vivieron en el centro educativo ubicado en Mercedes Norte de Heredia.
Uno de esos casos fue el de Emma —nombre ficticio para proteger su identidad — quien fue violada cuando cursaba el sétimo año por parte de un profesor de Estudios Sociales, a quien condenaron a 26 años de cárcel, pero actualmente se encuentra en libertad.
La joven, decidió contar su verdad en una entrevista con Douglas Sánchez, en Multimedios.
Emma, comentó que siempre le había dado mucha ilusión estudiar en el Colegio Claretiano porque no es cualquiera el que logra ingresar, hay que realizar un examen de admisión además de realizar diversos trámites. Cuando logró ser parte del Clare, sintió que había cumplido una meta. Lo que jamás se imaginó fue que ese sueño se convertiría en una pesadilla.
La joven tenía varios problemas personales, eso la llevaba a llorar de manera constante. Esa fue la excusa perfecta que el profesor utilizó para acercarse a ella.
‘’Empezó a contactarme por redes sociales, empezó a preguntarme que si yo era virgen que si había tenido relaciones sexuales, que si hacía cosas conmigo misma, que si me masturbaba, que si ya había dado mi primer beso ese tipo de cosas personales que normalmente un profesor no pregunta. Las cosas se fueron intensificando al punto que me decía abiertamente que él quería tener relaciones sexuales conmigo’’, declaró Emma.
La exalumna, tuvo que ser intervenida por una peritonitis, lo que la llevó a faltar tres semanas, algo que hizo que el profesor se acercara aún más a ella. Le mandaba mensajes todos los días para indicarle que él le había guardado la materia y las atenciones cada día eran mayores.
Cuando Emma regresó al colegio, era normal que el profesor la sacara de la clase para hacerle un recordatorio: ‘’Acordate de borrar las conversaciones, si se dan cuenta usted sabe para dónde me voy yo’’, En una ocasión hasta le tocó una nalga en el colegio.
La muchacha quiso comentar la situación con otro profesor, pero no la quiso escuchar: ‘’No me metás a mí en eso’’, le advirtió.
Sábado 23 de marzo de 2013
Ese día, Emma, acordó salir con una amiga. El punto de encuentro sería el estadio Eladio Rosabal Cordero. Pero a última hora la amiga canceló.
Los viernes y sábados, el docente se comunicaba con mayor frecuencia con la estudiante, según le había dicho a Emma, la esposa trabajaba esos días. El hombre aprovechó el plan fallido de la joven para llegar por ella al sitio.
‘’Yo me subí a su carro y me llevó a su casa. Estando ahí fue que él abusó de mí. El miedo era bastante, recuerdo que para que no me escucharan puso la televisión fuerte, recuerdo que era un partido de fútbol, con nivel alto el volumen para que nadie pudiera escucharme’’, narró la afectada.
Al momento de la violación, Emma tenía 12 años, y el profesor de Estudios Sociales 33. La joven, contó que le fue imposible escapar porque el sujeto era muy grande y ella pequeña: “Era muy chiquita y era muy flaquita era muy débil y a comparación con él yo no tenía nada de fuerza en realidad”.
‘’Cuando pasó todo (la agresión sexual) que él terminó, él vio que yo empecé a sangrar mucho, él se asustó cuando vio que yo sangre tanto en todo, agarró las sábanas y me acuerdo que las puso a lavar y después de eso me montó al carro otra vez y me dejó en Heredia centro, de ahí yo me dirigí sola sin rumbo alguno porque no podía llegar a mi casa por razones de que mis papas creían que yo estaba con mi mejor amiga y el hecho de llegar antes iba a despertar la duda o la sospecha de que algo había pasado, entonces lo que hice fue quedarme sola merodeando y sangrando’’, confesó la joven.
Emma, llegó a su casa en taxi, a pesar de que trató de actuar como si nada había pasado a sus padres les extrañó su actitud. Ante las preguntas de su madre, la joven optó por decirle que le había venido la menstruación.
‘’En el transcurso de ese mismo día durante la noche, el sangrado no paraba era una hemorragia y yo muy asustada entonces lo que hice fue decirle a una de mis hermanas mira me pasó esto no sé qué hacer, no paro de sangrar y obviamente mi hermana al escuchar todo esto llamó a mi mama y le contó todo lo que había pasado’’, dijo la exalumna del Claretiano.
Luego de enterarse de la agresión sexual, los padres de la joven decidieron poner la denuncia penal.
Todas las semanas la invitaban a abandonar el colegio
Un mes después de la agresión sexual, Emma, tenía frescos los recuerdos del abuso, lo que la condujo a una depresión que la hacía llorar con frecuencia, algo que irritaba al director del centro educativo.
“Cuando yo lloraba, porque era inevitable no llorar, el director me llamaba o llamaba a mis papas y les decía que él necesitaba que yo dejara de llorar porque daba de que hablar, porque en los pasillos la gente me veía y eso hacía que el tema no cesara y que eso perjudicaba al colegio”, expresó la muchacha.
“El director cuando veía que ya no había forma de que yo dejara de llorar, porque era una cuestión de acoso que muchas veces yo no quería hablar con nadie llegaba la psicóloga a sacarme y no era ni siquiera para llorar era para decirme: “Te estás exponiendo mucho, te estas exponiendo demasiado, estás llorando demasiado, la gente te ve llorar necesito que intentes olvidar lo que te paso”. Y no había pasado ni un mes, era muy difícil porque era un acoso constante, incluso, de las mismas autoridades del colegio no me podía acercar a un profesor varón porque ya me tachaban”, agregó.
Emma, recordó que cuando cursaba el noveno año, estaba jugando con unos compañeros con un sello de revisado del profesor de artes plásticas, que tenía toda la información del docente. Jugando con los compañeros, todos empezaron a llenarse los brazos con el sello. Luego tenía que ir a una clase de español, donde un comentario de la profesora la dejó fría.
“La profesora de español vio a los demás con los sellos, pero cuando me vio a mí con el sello lo que hizo fue hacerme un enjache y me dijo: “Póngase, sígase poniendo”. O sea, yo no tenía derecho ahí a nada ni a hablar ni a expresarme nunca me ayudaron. Estuve muy sola quisieron siempre callarme, los estudiantes nunca me creyeron me trataban mal si yo me acercaba a algún profesor por algún tema académico, alguna consulta que yo tenía ya me tachaban que yo andaba con ese profesor”, aseguró.
El juicio
El juicio por el delito sexual que sufrió Emma, se efectuó en diciembre de 2017, en él se condenó al profesor a 26 años de cárcel, no solo por la violación también por diversos abusos sexuales que el sujeto había cometido a la joven, como la vez que la obligó a practicarle sexo oral.
Pero el docente apeló la sentencia, y de acuerdo con información de Telediario, continúa laborando con el Ministerio de Educación Pública (MEP), solo que desde un puesto administrativo. En setiembre del 2020 iniciará el segundo juicio.
“El mejor legado que yo pude haberle dejado al colegio, a las chicas que quedaron ahí fue haber denunciado y haber sacado a esa persona de ahí. Esto no es una campaña de desprestigio porque esto que paso no es nada de desprestigio no es una cuestión de ensañamiento con la institución, es una realidad son hechos comprobados son cosas que pasaron. De las denuncias anónimas que vi en muchas salía el nombre de esta persona que hizo esto conmigo”, manifestó la joven.
Emma, espera que en el segundo juicio se haga justicia no solo para ella, también para las que fueron blanco de delitos sexuales en el colegio religioso.
“Para mí era una forma irresponsable no hablar, quedarme callada no podía hacer eso o sea por más que intentaron silenciarme los mismos estudiantes, las mismas autoridades del colegio, nunca lo consiguieron y no lo van a conseguir nunca”, finalizó la joven.