El estremecedor hallazgo que sugiere la teoría de un universo paralelo
Un detector en la Antártida halló extrañas partículas cuyo origen sería evidencia de un universo ‘espejo’. Según los científicos, en la otra realidad, el tiempo va hacia atrás.
Durante los últimos años, un proyecto financiado por la NASA estuvo operando silenciosamente en la Antártida. Sin embargo, ahora tiene la atención de muchos científicos debido a un hallazgo repetitivo que podría confirmar la existencia de un universo paralelo.
Un extenso artículo de Jon Cartwright, publicado en la revista de difusión científica New Scientist en abril (Volumen 246, Número 3277), une investigaciones de físicos entorno a lo que sucedió en el continente helado.
Los acontecimientos inician con la Antena Transitoria Impulsiva Antártica (ANITA, por sus siglas en inglés), un instrumento que es elevado por un globo a 37.000 metros de altura para detectar los rayos cósmicos que impactan en la superficie
Estos rayos cósmicos contienen neutrinos, partículas infinitamente pequeñas que viajan casi a la velocidad de la luz. Cuando un neutrino de alta energía se choca en el hielo antártico, genera ondas de radio. ANITA detecta estas señales que emanan de la superficie y rastrea su origen en el universo.
En 2016, examinaron los datos tomados cuando el globo estaba en el aire. Había una señal que parecía ser la huella de un neutrino de alta energía. Pero no era lo que estaban buscando. De hecho, parecía algo imposible. Esta partícula, en lugar de venir del espacio (desde arriba), salía del suelo, como si hubiera atravesado la Tierra desde el otro lado.
Los neutrinos normales de baja energía pueden hacer tal ‘maniobra’ debido a que atraviesan la materia con facilidad. Pero los neutrinos de alta energía no pueden atravesar algo tan sólido como el interior de nuestro planeta, indica New Scientist.
Desde ese momento, los científicos se abocaron a la búsqueda de una explicación. Cuando se les acababan las ideas, en 2018, el instrumento de la NASA detectó otra partícula que salía disparada de la superficie.
“No tenemos explicaciones fáciles”, admitió Peter Gorham, físico experimental de partículas en la Universidad de Hawai e investigador principal de ANITA.
Partículas desconocidas
Ante el desconcierto de los investigadores y su falta de respuestas, el físico teórico Luis Anchordoqui, de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (Estados Unidos), y sus colegas encontraron que las señales coincidían con unas partículas consideradas hasta ese momento hipotéticas: los neutrinos diestros.
Llamados así por el sentido en que giran (los neutrinos conocidos giran a la izquierda), los neutrinos diestros, según la investigación de Anchordoqui, se pueden descomponer para atravesar la materia. Esto explicaría su paso a través del interior de la Tierra.
Pero hay un detalle: la existencia de estas partículas solo es posible si, desde los primeros momentos del universo, ha regido la simetría CTP, aquel principio que dice que las leyes físicas siguen siendo las mismas bajo ciertas transformaciones.
Una consecuencia de esta simetría es que nuestro cosmos habría contenido cantidades iguales de materia y antimateria, las cuales tendrían que haberse aniquilado entre sí rápidamente. Por tanto, nada de lo que conocemos —tampoco nosotros— existiría.
Entonces, ¿cómo sobrevivió el universo?
El universo paralelo
Neil Turok, científico del Instituto Perimetral de Física Teórica en Waterloo (Canadá), descubrió que, para conservar la simetría CTP, el Big Bang (la gran explosión que originó todo) habría tenido que crear dos universos paralelos. De este modo, la mayor parte de la materia habría sido canalizada en uno, el nuestro, y la mayor parte de la antimateria habría terminado en el otro.
De acuerdo al estudio de Turok y sus colegas, en el otro universo, todo estaría a la inversa, y cualquiera de sus planetas o estrellas estarían hechos de antimateria en lugar de materia. Aún más sorprendente, este “antiuniverso” se estaría contrayendo en el tiempo, dirigiéndose al origen, en lugar de expandirse como nuestro universo.
Aunque esta sería nuestra impresión. De acuerdo al principio de simetría CTP, para los habitantes del antiuniverso, nosotros estamos a la inversa, regresando hacia el Big Bang y llenos de antimateria. No podemos saber en qué universo estamos realmente, solo que el otro está ‘al revés’.
Turok sabe que gran parte de la comunidad científica se rehusará a aceptar esto, pero es consciente de que ha encontrado una solución, respaldada por los resultados, al misterio de la partícula detectada en la Antártida. Por eso, confía en que su equipo logrará comprobar por completo su teoría.
“Si podemos, ya no habrá competencia: nuestra teoría será infinitamente mejor que cualquier otra cosa”, aseguró a la revista.
¿La NASA confirmó la existencia del universo paralelo?
Hasta el momento, la NASA no se ha pronunciado oficialmente sobre esta posibilidad, ya que no se han publicado estudios concluyentes al respecto. Sin embargo, los científicos del proyecto ANITA continúan revisando los nuevos datos obtenidos para despejar sus dudas sobre estas partículas.