Por qué pudo volver el UFC en Estados Unidos y qué medidas sanitarias no se cumplieron
La velada en Jacksonville, celebrada por Donald Trump, cumplió con la mayoría de las normas, pero algunos se pasaron por alto.
Volvió la UFC a Estados Unidos, con una transmisión especial para el mundo desde Jacksonville. Pero para que regresara el show que mueve millones de dólares y genera adrenalina en los fanáticos, hubo que cumplir con estrictas medidas sanitarias para conseguir la luz verde en plena pandemia de coronavirus. Sobre todo en un país tan golpeado como Estados Unidos.
El presidente estadounidense Donald Trump mandó su mensaje en medio de la transmisión y felicitó a Dana White, presidente de UFC. «Es muy positivo de vuelvan los deportes. Háganlo con la distancia social adecuada, pero necesitamos que vuelvan los deportes», manifestó en un video grabado en las afueras de la Casa Blanca.
Ahora bien, hubo varios requerimientos que cumplir para ser autorizados y algunos de ellos no pasaron el aprobado.
Sin espectadores
La velada fue en el estado de Florida y por supuesto fue sin público, la primera condición que le había sido impuesta cuando se planteó el regreso de la actividad en las oficinas del gobernador Ron DeSantis.
«Trump pidió que volviera el deporte en vivo. Dijo que mostremos al mundo cómo se puede hacer con seguridad, para divertir a quien está confinado en su casa. Espero que, tras haberlo visto, otras ligas dirán que se puede hacer», afirmó el político.
Reducción de personal
Además de que no se vendieron entradas, lo mismo que había pasado en UFC Brasilia, se utilizó únicamente al personal mínimo indispensable para tratar de que la velada fuera lo más parecida posible a lo que era antes de la pandemia.
Hubo apenas una mujer para pasar los carteles, cuando habitualmente son tres. El honor lo tuvo Brittney Palmer, una habitué de las veladas, quien no usó ni barbijo ni guantes para presentar los asaltos de cada combate.
Además, un solo empleado de seguridad acompañó a cada peleador al octágono. Los ayudantes de los peleadores en las esquinas estuvieron todos con barbijos y guantes, salvo en algún momento que se pudo percibir que ingresaban al estadio sin el cuidado adecuado.
Tests rápidos para los participantes
La promotora compró los famosos tests rápidos para quienes iban a estar presentes en el evento y hubo resultados positivos. El brasileño Jacaré Souza y dos miembros de su equipo fueron informados con Covid-19 y aislados inmediatamente. Su combate frente a Uriah Hall fue cancelado por razones lógicas y fue el único de los diez de la noche que no pudo llevarse a cabo.
Justin Gaethje aplastó al gran favorito Tony Ferguson en la pelea final de la noche, mientras que Henry Cejudo, de 33 años, defendió su título de peso gallo ante Dominick Cruz y después, mientras sangraba por una ceja, anunció su retirada en medio del octágono.
Desinfección constante
Entre pelea y pelea, se pudo ver cómo desinfectaban el octágono y lo higienizaban. Los médicos estuvieron todos con los guantes habituales y esta vez le sumaron barbijos. El único en escena que no tenía la boca tapada, además de los peleadores, era el árbitro. Los periodistas fueron ubicados a la distancia reglamentaria, marcando la diferencia con los habituales eventos, cuando están todos en la misma mesa.
Se quebró la prohibición de entrevistas
A principios de la semana, Craig Borsari, vicepresidente ejecutivo de Operaciones y Producción de UFC, declaró que no se realizarían entrevistas posteriores en el octágono de la UFC 249. El plan inicial era que el ganador sería escoltado de la jaula después del combate a un área aislada, donde se le daría un auricular desinfectado para una entrevista remota con Joe Rogan.
Sin embargo, UFC no cumplió con lo pactado y el presentador subió al octágono luego de cada combate para realizar la habitual entrevista. Además, ni siquiera subió con guantes y hasta se dio la mano con algún peleador.