Más de 4 millones de italianos volvieron al trabajo aún con el virus viviendo entre ellos
Italia se abrió a la «Fase 2»: una apertura controlada de las actividades económicas
Los italianos se mostraron prudentes y responsables, ayudando a que el comienzo de la Fase 2 de apertura controlada de la vida social y económica transcurriera sin problemas. Cuatro millones y medio de trabajadores volvieron al trabajo, mientras otros dos millones y medio siguen afuera, y siete millones que trabajan en los sectores considerados “esenciales” no perdieron ni un día de trabajo desde que el gobierno nacional impuso una rígida cuarentena el 8 de marzo. La difusión desastrosa del coronavirus ha matado a más de 29 mil personas desde el 21 de febrero, cuando comenzó la pandemia.
En todo el país no se registraron incidentes. En particular funcionó el movimiento controlado del sistema de transportes, que es la clave para garantizar las medidas de seguridad (mantener las distancias de seguridad, uso obligatorio de los barbijos y otros cuidados) que deben evitar un regreso desastroso de los contagios del coronavirus.
“Los ciudadanos son los verdaderos protagonistas de la Fase 2”, dijo el primer ministro Giuseppe Conte, confortado por las noticias que le llegaron de todo el país.
La gran mayoría de los italianos prefirió continuar en sus casas en esta primera jornada de deshielo, demostrando la voluntad colectiva de impedir que la situación se desmadre. Desde este lunes se han afinado más los controles de las curvas epidémicas y los hisopados y análisis serológicos de los contagios. El coeficiente de las infecciones esta en 0,8.
Si la situación se descontrolara en las próximas semanas y llegara a 1,3, obligaría a prácticamente a regresar a la cuarentena rígida de la fase 1, con consecuencias muy graves la para economía italiana, que está entrando ya en una recesión profunda.
“En estas semanas nos jugamos el futuro”, dijo el gobernador del Véneto Luca Zaia, que logró domar la pandemia en su región con un complejo sistema de controles de los contagios de la población.
En Venecia, la capital regional, la reapertura de la Fase 2 fue melancólica, pues la ciudad de los canales agoniza por la falta de turistas, que son su principal fuente de ingresos. El movimiento de las lanchas y barcos en el Canal Grande fue tranquilo y se vió en las aguas nuevamente límpidas venecianas, gracias a la parálisis vivida en la Fase 1, nadar a los patos y otros animales que antes la poblaban y hasta se detectaron medusas en circulación.
Menos romántica pero vigorosa fue la reacción de Roma, donde en el Raccordo Annulare, el cinturón que como la avenida general Paz en Buenos Aires circunda a la Urbe, que en tiempos normales es una baraúnda permanente de camiones y automóviles, volvió a dar señales de vida con un tránsito que alcanzó el 45% de los tiempos normales.
En el centro de Roma las plazas y las calles fueron recorridas por poca gente, porque los romanos esperan volver al llamado “centro histórico” dentro de dos semanas, cuando a partir del 18 de marzo abran sus puertas los comercios que tratarán de compensar mas o menos con los romanos la ausencia de turistas que antes de la pandemia llenaban las calles vecinas a plaza España y los lugares típicos de Roma, un centro mundial de la moda.
El mismo espectáculo se vivió en los otros centros de las grandes ciudades. En Milán, las preocupaciones del alcalde Giuseppe Sala se concentró en el funcionamiento de los autobuses y subterráneos. Un ejército de policías, militares y agentes municipales se distribuyó en las paradas y las estaciones para controlar el respeto de las medias de seguridad, que redujo a la mitad la capacidad de autobuses y trenes subterráneos.
En la majestuosa estación central de ferrocarril el control no registró problemas. Los trenes regionales transportaron desde el interior de la región de Lombardía, la más castigada por la epidemia, a miles de trabajadores. También se armaron filas para los tres trenes de alta velocidad que cubrieron el trayecto a Roma y Nápoles.
Los pasajeros que iban al sur eran en su mayor parte meridionales que volvían a sus regiones de origen. Otros iban a Roma. Todos tuvieron que confeccionar autocertificaciones de las razones del viaje y tomarse la temperatura porque tener más de 37 y medio de fiebre hace sonar la alarma de posible contagio. Ninguno fue rechazado.
Los trenes como los autobuses viajan con la mitad de la capacidad, debido a las medidas de seguridad que obligan a mantener entre uno y dos metros de distancia entre los pasajeros.
En Roma el sistema regional del transporte de trenes del Lazio cometió la pequeña hazaña de elevar de dos mil a tres mil ochocientos los convoyes que transportaron a los pasajeros, con la capacidad reducida a la mitad.
En todo el país se reabrieron los parques pero permanecieron cerradas las zonas para los juegos infantiles, que abrirán dentro de dos semanas si todo va bien.
El gobierno nacional mantiene la prohibición de viajar a las “segundas casas” situadas en las zonas balnearias y de montaña. Pero en varias regiones, como Véneto, Liguria y Piamonte, los gobernadores publicaron ordenanzas que autorizan a realizar trabajos de mantenimiento para prepararlas para el verano.
El único problema que fue registrado en toda la jornada ocurrió en Nápoles. El sindicato USB denunció que los trenes de la circunvalación vesubiana, que viajan en una zona fuertemente habitada en torno al volcán Vesubio, carecían de todo control y los pasajeros se amontonaban en las estaciones y los vagones. Varias fotografías corroboraron la grave violación de las medidas de seguridad.
En Milán la policía hizo descender de dos autobuses a varios pasajeros que superaban el máximo autorizado para mantener las distancias humanas que garantizan evitar el contagio. Las autoridades milanesas demostraron una gran eficacia: todos los ómnibus fueron desinfectados al cubrir la mitad del recorrido, para asegurar la salud de los pasajeros.
La estrategia de la Fase 2 es verificar los efectos de la apertura controlada de las actividades cada dos semanas. Las fechas cruciales serán el lunes 18, en el que reabrirán miles de negocios comerciales, y el 1 de junio, serán completadas otras aperturas como la actividad completa de los bares y restaurantes.
El 18 de mayo también se abrirán las puertas de las parroquias y los fieles podrán volver a seguir las misas, manteniendo las distancias de seguridad. No hay una fecha fijada aún para la apertura de cines, teatros y estadios deportivos, considerados de alto riesgo de contagio.
También en España y Portugal iniciaron este lunes una fase de apertura controlada. Francia y Dinamarca tienen el mismo programa a partir del lunes 11.