Solidaridad truncada: joven prestó habitación a pareja y fue asesinado junto a ellos
Un acto de ayuda terminó en tragedia en Guácimo, Limón
Lo que comenzó como un gesto de solidaridad y amistad terminó en un crimen atroz. Diego Armando Chavarría Murillo, un joven trabajador de 30 años, abrió las puertas de su hogar a una pareja que buscaba dónde vivir, sin imaginar que días después perdería la vida junto a ellos en un ataque armado.
El hecho ocurrió la noche del jueves 20 de febrero en barrio La Ligia de Guácimo, Limón, cuando sujetos armados irrumpieron en la vivienda y dispararon contra los tres ocupantes.
Un acto de generosidad con un trágico desenlace
De acuerdo con el testimonio de su familia, Diego era un joven de trabajo que laboraba en una piñera de la zona desde hacía dos años. No era común en él recibir a personas en su casa, pero decidió ayudar a la pareja cuando supo que habían quedado sin un lugar donde vivir.
Según relató Deyanira Chavarría, tía del fallecido, la pareja había residido en otra vivienda por cinco meses, pero por razones aún desconocidas tuvieron que desalojarla. Fue entonces cuando Diego, al ver la necesidad de sus conocidos, les ofreció un cuarto desocupado en la propiedad familiar donde él vivía solo.
“Ellos aún no conseguían casa, así que él les prestó el cuartito para que durmieran”, contó su tía.
Sin embargo, apenas 22 días después, la tranquilidad se rompió con una ola de disparos que acabó con la vida de los tres.
Un ataque violento en plena noche
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) detalló que el ataque ocurrió minutos antes de las 10:00 p.m., cuando varios individuos irrumpieron en la vivienda y dispararon sin mediar palabra.
Las víctimas presentaban heridas de bala en la cabeza, el tórax y los brazos, lo que indica que fueron atacadas con extrema violencia. Hasta el momento, solo Diego ha sido identificado formalmente, mientras que la identidad de la pareja sigue bajo investigación.
Familia en shock: “Nunca imaginamos que esto nos pasaría”
La noticia del crimen dejó consternada a la familia de Diego, especialmente a su padre, don Rafael Chavarría, quien vive frente a la casa donde ocurrió el homicidio.
Su hermana, Deyanira, relató los momentos de angustia cuando escuchó los disparos:
“Estaba viendo tele, mi esposo y mi hijo dormían. De pronto, escuché un sonido como de latas cayendo. Me asomé porque los perros ladraban mucho. Cuando mi hermano encendió las luces que dan a la calle, salí y le pregunté qué ocurría. Me respondió que hubo un tiroteo y que mataron a Diego y a los demás muchachos”.
La desesperación se apoderó de ella, pero decidió resguardarse dentro de su casa por miedo a que los atacantes regresaran.
Sobre su sobrino, solo tiene palabras de cariño:
“Era un buen muchacho, de familia humilde. Trabajaba en la piñera y en su tiempo libre jugaba bola en la plaza. Nunca anduvo en malos pasos”.
Sin embargo, lo que más duele a su familia es cómo la ola de violencia que golpea al país llegó a su hogar de la peor manera.
“Uno siempre ve en las noticias estas cosas, pero nunca cree que le puede pasar. No andábamos en malos pasos, pero igual nos tocó”, expresó con pesar.
Investigación en curso
Las autoridades han iniciado una investigación exhaustiva para esclarecer el crimen y determinar si la pareja que Diego acogió tenía algún vínculo con actividades ilícitas.
El OIJ continúa recopilando pruebas y testimonios, mientras la comunidad de Guácimo lamenta la pérdida de un joven que solo quiso tender una mano a quienes lo necesitaban.