Exintegrantes de “A Todo Dar” revelan secretos del programa: Viviana Calderón, ganaba menos que las modelos
El icónico programa televisivo “A Todo Dar”, que marcó una generación hace más de 20 años, fue el tema central del primer episodio de la temporada 2025 del podcast de Johanna Villalobos. En esta entrega, tres exintegrantes del elenco, Viviana Calderón, Angie Conejo y Gipsy Montoya, compartieron anécdotas, experiencias y revelaciones sorprendentes sobre su paso por el programa.
Diferencias salariales y el impacto del programa en sus vidas
Una de las revelaciones más llamativas fue la disparidad de sueldos entre las presentadoras. Viviana Calderón confesó que su salario era de ₡300.000 mensuales, mientras que Angie Conejo y Gipsy Montoya afirmaron haber recibido hasta $1.500 dólares. Aunque algunas consideraron justo el pago, otras sintieron que no era equitativo respecto al esfuerzo y la exposición que implicaba el trabajo.
A pesar de estas diferencias, las tres coincidieron en que el programa fue una gran plataforma para impulsar sus carreras. De hecho, Conejo mencionó que gracias a este empleo pudo comprarse su primer carro y hasta un lote.
¿Por qué se canceló “A Todo Dar”?
El fin del programa sigue siendo un tema que genera sentimientos encontrados entre sus exintegrantes. Calderón recordó que el cierre del programa fue abrupto y sin una despedida digna, lo que dejó un vacío en quienes formaron parte del proyecto. “No le dieron la importancia ni el valor que tenía”, expresó.
La posibilidad de revivir el formato ha sido un tema de conversación en distintas ocasiones, pero las exintegrantes coinciden en que sería difícil replicar el mismo impacto. “El elenco tenía su esencia y la gente esperaría ver a los mismos rostros de antes”, mencionaron.
Exigencias detrás de cámaras y presiones en la industria
El programa, que se transmitía en vivo de lunes a viernes, exigía un alto nivel de compromiso con la audiencia y los patrocinadores. Sin embargo, las exintegrantes aseguraron que nunca se sintieron abrumadas por la carga laboral, pues cada día ofrecía algo diferente y entretenido. “Para mí, era el trabajo perfecto”, señaló Conejo.
No obstante, no todo fue positivo. Calderón confesó que en varias ocasiones recibió comentarios sobre su físico y hasta le sugirieron someterse a cirugías estéticas. Mientras tanto, Conejo aseguró que nunca sintió presión en ese aspecto.
Además, afirmaron que en ocasiones se les obligó a trabajar en fechas especiales, como feriados o fin de año, sin que su opinión fuera tomada en cuenta.
Sus caminos después del programa
El impacto que tuvo la cancelación del programa en sus vidas fue significativo. Conejo admitió que, en su momento, se preguntó ”¿Qué voy a hacer con mi vida?”, pues no tenía claridad sobre su futuro profesional.
Tras la salida de “A Todo Dar”, cada una tomó un rumbo distinto. Calderón continuó en los medios de comunicación, convirtiéndose en una de las caras más reconocidas de la televisión costarricense. Montoya también siguió ligada a la pantalla durante un tiempo, pero actualmente se encuentra alejada del medio. Por otro lado, Conejo ha optado por mantenerse fuera de las cámaras, asegurando que el hate en redes sociales la ha hecho más sensible a la exposición pública.
Un episodio lleno de nostalgia y confesiones
El podcast de Johanna Villalobos logró no solo revivir la nostalgia del público que creció viendo “A Todo Dar”, sino también revelar aspectos poco conocidos sobre la producción del programa. Incluso entre las propias exintegrantes, algunas de las experiencias compartidas fueron nuevas, lo que generó momentos de sorpresa y reflexión.
Con este episodio, queda claro que, aunque el programa dejó de existir hace años, sigue siendo recordado con cariño y curiosidad por parte del público.