Grupos narco reclutan a sicarios hasta por un plato de comida
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Menores de edad, el blanco de los grupos criminales
El narcotráfico continúa expandiendo su influencia en sectores vulnerables, donde jóvenes y adolescentes son captados por organizaciones criminales con promesas engañosas. En muchos casos, los menores son reclutados para ejecutar delitos a cambio de dinero, drogas e incluso comida, evidenciando la difícil realidad que enfrentan muchas comunidades.
Según datos recientes, al menos 36 menores de edad han sido asesinados en lo que va del año, la mayoría en circunstancias relacionadas con ajustes de cuentas entre bandas rivales.
¿Cómo operan los reclutadores?
Los grupos delictivos han perfeccionado sus métodos de captación, utilizando estrategias que van desde la persuasión y la manipulación hasta el uso de la violencia y la coacción.
Promesas falsas: Ofrecen dinero fácil, armas y estatus dentro de la organización, aprovechando la falta de oportunidades en la población joven.
Coacción y amenazas: En algunos casos, los menores son obligados a participar en delitos bajo amenaza de dañar a sus familiares.
Adicciones y dependencia: Los grupos criminales usan el consumo de drogas como una herramienta para mantener el control sobre sus nuevos integrantes.
Las consecuencias de una vida delictiva
El ingreso de menores al mundo del sicariato y el crimen organizado suele tener un final trágico. La falta de preparación y experiencia los convierte en presas fáciles dentro de un entorno donde la vida tiene poco valor.
Alta tasa de mortalidad: Muchos son utilizados como «soldados desechables» en enfrentamientos con grupos rivales o en misiones suicidas.
Encarcelamiento: A pesar de su edad, muchos son procesados como adultos y condenados a largas penas de prisión.
Impacto en las familias: Las familias de los jóvenes involucrados suelen quedar expuestas a represalias y violencia.
¿Cómo frenar el reclutamiento de menores?
Las autoridades y organizaciones sociales han insistido en que la prevención es clave para evitar que más jóvenes caigan en las redes del crimen organizado.
Más oportunidades educativas y laborales: La falta de empleo y acceso a educación de calidad son factores que empujan a muchos menores hacia el mundo delictivo.
Fortalecimiento de la seguridad comunitaria: Es necesario un trabajo conjunto entre el Estado, las fuerzas de seguridad y la sociedad civil para detectar y desmantelar redes de reclutamiento.
Intervención temprana: Programas de apoyo psicológico, actividades recreativas y orientación vocacional pueden ayudar a alejar a los jóvenes de este peligroso camino.