Un piloto compra 30 pizzas para sus 155 pasajeros y alivia las horas de retraso del vuelo
En un mundo en el que los retrasos de vuelos se han vuelto una constante, especialmente debido a factores como el clima o problemas técnicos, hay quienes optan por soluciones inesperadas para aliviar la frustración de los pasajeros. Este fue el caso de Scott Wardle, piloto de United Airlines, quien protagonizó un acto de generosidad que no solo calmó los ánimos de sus 155 pasajeros, sino que se hizo viral en las redes sociales.
El vuelo que comenzó con tranquilidad
1. El incidente a bordo: un pasajero desmaya en pleno vuelo
El día parecía empezar sin contratiempos para el piloto Scott Wardle, quien debía cubrir la ruta de San Francisco a Houston. Todo marchaba con normalidad hasta que, aproximadamente 45 minutos después del despegue, la calma se rompió con una inesperada noticia: uno de los pasajeros había perdido el conocimiento. De inmediato, la tripulación solicitó asistencia médica, y dos médicos y una enfermera a bordo tomaron la iniciativa para atender al pasajero.
Wardle, al recibir la información, tomó la decisión de realizar un aterrizaje de emergencia en Albuquerque, Nuevo México, para asegurar que el pasajero recibiera la atención necesaria. El aterrizaje se llevó a cabo sin problemas, y un equipo de paramédicos esperaba en la pista para atender al afectado.
La cadena de eventos que desencadenó el retraso
2. Normas de seguridad: los asistentes de vuelo no pueden continuar
Mientras se atendía al pasajero, el piloto se enfrentó a otro desafío: sus asistentes de vuelo, que ya habían superado su límite de horas laborales, no podían seguir trabajando en el vuelo de regreso. Según las regulaciones de la aviación, no podían acompañarlo en el próximo tramo del viaje. Esta situación obligó a Wardle a buscar nuevos miembros para completar la tripulación, lo que resultó en varias horas de retraso para los pasajeros.
3. El piloto se anticipa al malestar de los pasajeros
A medida que el retraso se hacía evidente, Wardle se preocupó por el bienestar de los 155 pasajeros, quienes estarían esperando durante horas sin comida ni actualizaciones claras sobre el progreso del vuelo. Para calmar los ánimos y asegurarse de que los pasajeros no se sintieran más frustrados, el piloto ideó una solución simple pero efectiva: comprar pizzas.
La generosidad de un piloto: 30 pizzas para 155 pasajeros
4. Un gesto que marcó la diferencia
Wardle decidió pedir 30 pizzas a un restaurante local y mandarlas entregar directamente en la puerta de la terminal. A pesar de la incomodidad del retraso, la acción de Wardle generó un ambiente más relajado entre los pasajeros. Él mismo supervisó la distribución de las pizzas, organizando un improvisado «buffet» en la sala de espera. Los pasajeros no solo agradecieron el gesto, sino que también comenzaron a compartir su experiencia en redes sociales, donde rápidamente se volvió viral.
Tanya Stamos, una de las pasajeras, documentó el momento en su cuenta de Facebook, destacando la amabilidad y la preocupación del piloto por sus pasajeros. «Nuestro piloto es absolutamente increíble. Se sintió tan mal por la situación que pidió 30 pizzas a un restaurante local y las hizo entregar directamente en nuestra puerta. Luego, se aseguró de que los 150 pasajeros comieran. ¡Qué hombre tan increíble!», escribió Stamos, una publicación que rápidamente recibió miles de likes y comentarios.
La salida del vuelo y la lección que dejó este acto
5. La sorpresa final: un vuelo inolvidable hacia Houston
Tras varias horas de espera y una inesperada sorpresa en forma de pizza, el vuelo finalmente despegó alrededor de las 11 de la noche, rumbo a Houston. Aunque el retraso fue largo, muchos pasajeros, como Tanya, no olvidarán el gesto de Wardle, quien hizo todo lo posible para que su vuelo fuera más llevadero.