Sacerdote indígena salió de dar misa y le quitaron la vida en su carro
El sacerdote indígena, conocido como padre Marcelo, fue víctima “de amenazas, persecuciones, hostigamientos, difamaciones e incluso una orden de aprehensión infundada”, dijo diócesis de México.
El asesinato del sacerdote indígena y defensor de derechos humanos, Marcelo Pérez Pérez, ha conmocionado a la comunidad en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. El trágico incidente ocurrió el domingo, 20 de octubre de 2024, cuando el padre Marcelo fue atacado a balazos mientras se encontraba dentro de su camioneta, poco después de oficiar una misa en su parroquia.
Circunstancias del Asesinato
El ataque se produjo alrededor de las 8 de la mañana en el barrio de Cuxtitali, donde el sacerdote indígena, de etnia tzotzil, estaba siendo interceptado por hombres armados a bordo de una motocicleta. Los testigos reportaron que escucharon múltiples disparos y que el párroco fue disparado a quemarropa, lo que resultó en heridas fatales. A pesar de que se solicitó ayuda a las autoridades, fue demasiado tarde para salvarlo.
Activismo y Amenazas Previas
Marcelo Pérez tenía una larga trayectoria de activismo en defensa de los derechos humanos de los pueblos indígenas y había recibido amenazas en relación con su denuncia sobre la venta de drogas en la región, un área marcada por la violencia del crimen organizado. A lo largo de sus más de 20 años de servicio como sacerdote, había sido párroco en varias localidades y, en septiembre, había participado en una marcha por la paz en Tuxtla Gutiérrez, donde miles de personas exigieron el fin de la violencia en Chiapas.
La Diócesis de San Cristóbal ha exigido justicia y el esclarecimiento del crimen, pidiendo al gobierno que actúe contra la impunidad y la corrupción que propician la violencia en el estado. «Demandamos a los tres niveles de Gobierno un alto total a la violencia desbordada en nuestro estado», afirmaron en un comunicado.
Reacciones y Homenajes
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró que la Fiscalía local está investigando el asesinato y coordinando esfuerzos con las autoridades eclesiásticas.
En homenaje al padre Marcelo, cientos de personas se congregaron para rendirle tributo, gritando «¡viva el padre Marcelo!» en una emotiva misa de cuerpo presente en su comunidad. El cardenal Felipe Arizmendi instó a una acción decidida del gobierno para desarmar a los grupos que causan daño en la región y restaurar la paz.
La Diócesis de San Cristóbal, al igual que muchas organizaciones de derechos humanos, también ha hecho un llamado para detener la «criminalización» de sacerdotes y defensores de derechos humanos en México, destacando la alarmante cifra de defensores asesinados en el país en los últimos años.
Marcelo Pérez fue sepultado el martes, dejando un legado de lucha por los derechos de los pueblos indígenas y un recordatorio de los peligros que enfrentan quienes defienden estas causas en México.