Grupos criminales usan cámaras para evitar ser atrapados
Cuatro organizaciones dedicadas al tráfico de drogas en el Valle Central han implementado un sistema de cámaras de seguridad en sus territorios para evitar la intervención policial. Estos grupos, que operan en varias zonas urbanas, han instalado equipos de vigilancia estratégicamente para monitorear el movimiento de personas y vehículos, alertando de cualquier presencia sospechosa, en especial la de las autoridades.
El uso de estas cámaras ha permitido a los narcotraficantes aumentar sus precauciones, dificultando las operaciones de la policía en los sectores controlados por ellos. Los «ojos» electrónicos vigilan cada esquina, permitiendo que los delincuentes detecten cualquier movimiento antes de que los cuerpos de seguridad puedan actuar. Esto les ofrece una ventaja que les permite mantenerse un paso adelante en sus actividades ilícitas.
Además, las ganancias que obtienen de la distribución de drogas son considerables. Se estima que, en un solo día, estos grupos pueden llegar a generar hasta 15 millones de colones. Este nivel de ingresos les facilita la inversión en tecnología avanzada, como las cámaras, que protegen sus territorios y les permiten continuar con sus actividades sin interrupciones.
Las autoridades están al tanto de esta estrategia y han comenzado a desarrollar nuevos enfoques para combatir la creciente influencia de estos grupos criminales, que siguen buscando formas de fortalecer su control en las zonas que dominan.