Así fue el destructivo paso del Huracán Milton: Al menos 13 fallecidos
Al menos 13 fallecidos, tres millones de personas sin electricidad, inundaciones y múltiples destrozos, dejó el huracán Milton en su paso por el estado de Florida. Los rescates de personas no se detienen en un Estados Unidos, que aún le quedan seis semanas, para que finalice la temporada de huracanes.
El huracán Milton ha dejado a Florida en un estado de emergencia, causando una de las peores crisis climáticas que el estado ha enfrentado en años. Con un saldo provisional de 13 personas fallecidas y más de tres millones de personas sin electricidad, las autoridades locales y federales se encuentran desplegadas en una vasta operación de búsqueda, rescate y recuperación. A medida que los equipos de emergencia continúan las labores para salvar a aquellos atrapados por las inundaciones, se espera que la cifra de víctimas y daños materiales aumente.
El huracán, que inicialmente alcanzó la categoría 5 en la escala de Saffir-Simpson mientras atravesaba el Golfo de México, llegó a Florida degradado a categoría 3, pero aún con vientos devastadores que superaban los 177 km/h (110 mph) al momento de tocar tierra. Milton arrancó tejados, derribó árboles y postes eléctricos, y provocó el colapso de múltiples estructuras en varias ciudades costeras. Además, las lluvias torrenciales causaron inundaciones catastróficas que dejaron gran parte de las áreas bajas de Florida bajo el agua.
Las ciudades más afectadas, como Sarasota, Tampa, San Petersburgo, y áreas rurales cercanas a la costa oeste del estado, han visto desaparecer infraestructuras esenciales. Los servicios de emergencia continúan intentando acceder a zonas aisladas por el colapso de carreteras, mientras el gobierno local ha declarado toques de queda en algunas regiones para evitar saqueos y facilitar los trabajos de rescate.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha descrito la situación como un «desafío monumental», y el presidente Joe Biden ha activado todos los recursos federales disponibles, incluyendo el despliegue de miles de miembros de la Guardia Nacional, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), y equipos de búsqueda y rescate especializados. A esto se suman millones de raciones de alimentos y litros de agua potable que están siendo distribuidos entre los sobrevivientes, muchos de los cuales se encuentran sin acceso a bienes básicos debido a la destrucción masiva y al corte de las rutas de suministro.
Las inundaciones, uno de los mayores peligros posteriores al impacto del huracán, continúan empeorando en algunas áreas, donde los ríos desbordados han sumergido barrios enteros. Zonas como Naples y Fort Myers se encuentran gravemente afectadas, con cientos de hogares completamente destruidos. Las autoridades han advertido a los residentes que permanezcan en lugares seguros y que sigan las instrucciones de evacuación en caso de ser necesario, pues las lluvias remanentes de Milton aún podrían causar deslizamientos de tierra y nuevas crecidas.
Mientras tanto, los aeropuertos internacionales de Sarasota, Tampa, y Orlando han cancelado miles de vuelos, y se estima que los daños a la infraestructura aérea y terrestre tardarán semanas en ser reparados. El sector turístico, vital para la economía de Florida, también ha sido gravemente afectado, ya que hoteles y restaurantes sufrieron daños y las evacuaciones masivas han paralizado la actividad en ciudades como Miami y Key West.
El huracán Milton no es solo una crisis para Florida, sino un recordatorio del impacto devastador que los fenómenos meteorológicos extremos pueden tener en un mundo que enfrenta los efectos del cambio climático. Los expertos en meteorología han advertido que la intensidad y frecuencia de huracanes como Milton podrían volverse más comunes en los próximos años, generando desafíos sin precedentes para las comunidades costeras de Estados Unidos y otras regiones vulnerables.
Con la temporada de huracanes aún en curso por las próximas seis semanas, el estado de alerta se mantiene no solo en Florida, sino en todo el sureste de Estados Unidos. Las autoridades se preparan para posibles tormentas adicionales que podrían agravar una situación ya crítica, mientras el país entero sigue con atención el desenlace de esta catástrofe.