Familia afectada por deslizamiento pagó más de un millón y medio por su vivienda en Guararí
Ericka López, madre soltera de tres hijos, es una de las tantas personas que lo han perdido todo tras el derrumbe que afectó varias viviendas en el precario Pueblo Nuevo de Guararí, en Heredia. López, junto a otras 37 personas, permanece refugiada en el salón comunal Bernardo Benavides en San Francisco de Heredia, tras la tragedia que la dejó sin hogar.
Cinco años atrás, Ericka y su familia compraron la propiedad donde vivían, pagando ₡1.600.000, una cifra que, a pesar de la precariedad del lugar, representa un esfuerzo económico que todavía siguen pagando. “Nosotros no invadimos, compramos nuestra casa por un monto muy alto. Lamentablemente, seguimos pagando esa deuda, y ahora no nos queda nada”, relató López con tristeza.
El lunes pasado, entre las 11 a.m. y el mediodía, la familia escuchó un fuerte estruendo que les dio la señal de que el desastre era inminente. “Sabíamos que podía derrumbarse, pero nunca pensamos que sería ese mismo día”, comentó López, quien, junto a sus hijos, apenas tuvo tiempo de salir de la vivienda sin poder salvar ninguna de sus pertenencias.
La situación sigue siendo crítica, ya que Ericka y sus vecinos temen que otros hogares también se vean afectados por nuevos deslizamientos. Su familia está compuesta por 11 adultos y seis niños, cuyas edades oscilan entre los 7 y 15 años, lo que aumenta la preocupación por su seguridad y bienestar.
Ahora, mientras esperan una solución y la ayuda necesaria, la incertidumbre y el dolor por lo perdido inundan a estas familias que no solo se enfrentan a la pérdida de su hogar, sino a la posibilidad de ver más casas caer.
FUENTE LA TEJA