Estudio revela que San José es una de las ciudades más costosas de América Latina
Estudio revela que San José es una de las ciudades más costosas de América Latina
De acuerdo con un informe reciente elaborado por el Banco Central de Costa Rica, San José se encuentra entre las ciudades más caras para vivir en América Latina. Este análisis evalúa los precios de diversos bienes y servicios que son parte del consumo diario de las familias costarricenses, como alimentos, transporte, educación y bebidas.
Melissa Vega, economista del Banco Central y responsable del estudio, destaca que el costo de vida en la capital del país ha mostrado una tendencia al alza, colocándose en niveles similares a los de ciudades en Chile, pero superando los de naciones como México y Colombia. Este incremento afecta a diversas categorías, haciendo que San José se destaque por ser una de las ciudades más caras en comparación con otras urbes latinoamericanas.
Entre las áreas donde Costa Rica presenta mayores costos están el pan, cereales, lácteos, pescado, transporte personal, bebidas alcohólicas y no alcohólicas. Estas categorías son las que más encarecen el costo de vida en el país, según el análisis realizado.
A pesar de que Costa Rica mantiene un nivel de vida por debajo del promedio de los países de la OCDE, sigue siendo significativamente más caro en comparación con otras ciudades de América Latina. Además, el estudio resalta que aunque la inflación actual en el país es baja, los precios de ciertos productos y servicios en San José continúan siendo elevados, dificultando el acceso para muchas familias.
Otro de los factores que incrementa el costo de vida en San José es el valor de las propiedades. Los terrenos y viviendas en la capital presentan precios elevados, y aunque existen diversas opciones de vivienda, muchas de ellas no son accesibles para gran parte de la población.
Este informe refleja las dificultades económicas a las que se enfrentan los habitantes de San José, quienes deben lidiar con un panorama en el que los productos básicos y servicios esenciales siguen siendo costosos, incluso en tiempos de baja inflación.