Israel ataca el corazón de Beirut y deja al menos seis muertos
El emir de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad al-Zani, pidió serios esfuerzos de alto el fuego para detener la «agresión» de Israel en Líbano.
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El emir de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad al-Zani, pidió serios esfuerzos de alto el fuego para detener la «agresión» de Israel en Líbano.
En medio de la creciente tensión en Oriente Próximo, Israel lanzó un ataque aéreo sobre Beirut en la madrugada del jueves, dejando al menos seis fallecidos y varios heridos. Este ataque se produce tras un día especialmente letal para las fuerzas israelíes en el frente libanés, en lo que ha sido el peor enfrentamiento en un año con el grupo militante Hezbolá.
El bombardeo israelí, según el gobierno de Israel, fue una operación dirigida a un objetivo específico en la capital libanesa. Testigos oculares reportaron una explosión significativa en el área de Bachoura, cerca del Parlamento, siendo este uno de los ataques más cercanos al centro de la ciudad. Las autoridades sanitarias de Líbano confirmaron la muerte de seis personas y la lesión de otras siete. Imágenes que circulaban en redes sociales mostraban un edificio gravemente dañado, con llamas en su primer piso.
El ambiente de incertidumbre y miedo se apoderó de Beirut una vez más. «Otra noche sin dormir en Beirut. Las explosiones siguen sacudiendo la ciudad, sin saber qué vendrá después», escribió Jeanine Hennis-Plasschaert, coordinadora especial de la ONU en Líbano, en la red social X.
El conflicto no se limita únicamente a Israel y Hezbolá. Grupos aliados de Irán, como los hutíes de Yemen, han intensificado su apoyo a Hamás en su lucha contra Israel en Gaza. El jueves, los hutíes afirmaron haber atacado Tel Aviv utilizando drones, afirmando que sus operaciones lograron los objetivos sin ser detectados. Aunque Israel informó haber interceptado un objeto aéreo, la situación refleja un panorama cada vez más complejo en la región.
Por su parte, el emir de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad al-Zani, condenó la «agresión» israelí y llamó a esfuerzos internacionales para lograr un alto el fuego. Asimismo, advirtió que no habrá paz en Oriente Próximo sin la creación de un Estado palestino, calificando la situación actual como un «genocidio colectivo».
En otro suceso significativo, tres misiles impactaron en el suburbio de Dahieh, al sur de Beirut, donde hace una semana murió Hasan Nasralá, líder de Hezbolá. Este evento marcó un golpe crucial para el grupo militante y para Irán, que ve en Hezbolá a uno de sus aliados más poderosos en la región.
En el contexto de esta escalada, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han instado a los residentes de las aldeas libanesas evacuadas a no regresar a sus hogares debido a la continuidad de sus operaciones militares. Hasta el momento, más de 1.900 personas han muerto y más de 9.000 han resultado heridas en casi un año de enfrentamientos, según estadísticas del gobierno libanés.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, subrayó la gravedad de la situación en un mensaje: «Estamos inmersos en una dura batalla contra el Eje del Mal liderado por Irán, que pretende destruirnos». A pesar de la promesa de Irán de cesar su lanzamiento de misiles salvo nuevas provocaciones, tanto Israel como Estados Unidos han advertido sobre la posibilidad de una respuesta contundente si las hostilidades continúan.
A nivel internacional, se han comenzado a preparar planes para evacuar a ciudadanos extranjeros del Líbano, aunque hasta el momento no se ha iniciado ninguna operación de evacuación a gran escala. Mientras tanto, las tensiones siguen escalando, con vuelos reanudados en Irán tras el ataque de misiles contra Israel.