Delfines mueren en un lago del Amazonas por la sequía en esta región de Brasil
Delfines y otras especies siguen muriendo en el Amazonas brasileño. Expertos afirman que esto se da por factores como la sequía y la exacerbación de la proximidad de los humanos como pescadores.
La peor sequía registrada en la Amazonía brasileña ha dejado expuesto el cadáver de un delfín bebé en un banco de arena, mostrando las graves consecuencias que la falta de agua está teniendo sobre el hábitat de miles de estos animales en peligro de extinción. El lago Tefé, ubicado en la cuenca del río Solimões, ha sido uno de los lugares más afectados por el descenso drástico de los niveles de agua, lo que ha contribuido a la muerte de varios delfines de agua dulce.
Impacto de la sequía en la fauna y las comunidades locales Investigadores han estado monitoreando el estado de los delfines y la temperatura del agua, que ha ido aumentando a medida que el lago se seca. En 2022, más de 200 delfines murieron debido al calor extremo, y este año se teme que la cifra siga en aumento. Miriam Marmontel, directora de un proyecto del Instituto de Desarrollo Sostenible de Mamirauá, informó que en los últimos días han encontrado varios delfines muertos, lo que relacionan no solo con el calor, sino también con la creciente proximidad entre los humanos y los delfines, lo que aumenta los riesgos para los animales.
La situación es crítica para los delfines y las comunidades que viven a orillas de estos ríos amazónicos. La falta de agua ha dejado varadas muchas casas flotantes y ha interrumpido el transporte fluvial, esencial para la vida cotidiana en la región. Francisco Álvaro Santos, residente del lago Tefé, describió la sequía como devastadora para su comunidad, señalando que el agua es su principal medio de transporte y sustento. «Sin agua no somos nadie», afirmó.
Ecosistema bajo presión El principal canal del lago Tefé, utilizado tanto por canoas como por grandes transbordadores, ha visto una reducción significativa de su profundidad, ahora con solo dos metros en algunas zonas. Este tráfico fluvial ha provocado accidentes fatales para los delfines; recientemente, dos murieron al ser golpeados por embarcaciones.
La situación no solo pone en peligro a los delfines, sino que también afecta a otras especies y a las comunidades humanas, que dependen del agua para sobrevivir. Las casas construidas sobre pilotes ahora están aisladas de las orillas, y la falta de transporte limita el acceso a recursos vitales. Con los efectos del cambio climático empeorando la sequía, se teme que estas situaciones se vuelvan cada vez más frecuentes en el Amazonas.