Jóvenes dejaron con el rostro desfigurado a vecino que les pidió hacer silencio
Redacción
Publicado: septiembre 4, 2024
En un tranquilo vecindario de Ferrol, España, lo que comenzó como una petición por parte de un vecino terminó en un acto de violencia extrema. Valentín, un hombre de 58 años, se encuentra recuperándose tras ser salvajemente golpeado por un grupo de jóvenes en plena madrugada. Su rostro quedó desfigurado luego de que su simple solicitud de silencio desencadenara una agresión inesperada y brutal.
Todo comenzó cuando Valentín, molesto por el ruido que hacían varios jóvenes en la madrugada, decidió salir de su casa y pedirles que bajaran el volumen. Sin embargo, en lugar de recibir una respuesta civilizada, fue objeto de insultos y burlas. En un momento de frustración, Valentín arrojó un vaso de agua que tenía en la mano hacia los jóvenes, un gesto que, como él mismo admitió, fue un error.
“Reconozco que no debí haber reaccionado así, pero eso no justifica lo que me hicieron”, relató Valentín, señalando las visibles marcas y la nariz fracturada que le dejaron los agresores.
La situación escaló rápidamente cuando los jóvenes, en lugar de marcharse, se dirigieron a su casa y comenzaron a golpear la puerta con tal fuerza que parecía que iban a derribarla.
Temiendo por su vida, Valentín optó por abrirles la puerta. Sin embargo, al hacerlo, los jóvenes irrumpieron en su hogar y lo golpearon repetidamente en la cara, dejándolo gravemente herido. La brutalidad del ataque dejó a Valentín con una serie de lesiones faciales que requerirán un tiempo considerable de recuperación.
La policía local ha comenzado a investigar el incidente, revisando las grabaciones de las cámaras de seguridad en el área para identificar a los responsables. Por ahora, Valentín espera justicia mientras se recupera de las secuelas físicas y emocionales de esta agresión.
Este incidente resalta la creciente preocupación por la violencia juvenil en algunas comunidades y plantea interrogantes sobre la seguridad en los vecindarios donde, en lugar de dialogar, la violencia parece ser la primera respuesta.
