Polémica en Italia: ministro intentó nombrar como asesora cultural a una influencer
El ministro italiano de Cultura quiso nombrar como asesora a una influencer. Un correo del director alemán del Parque de Pompeya, con detalles del recorrido de ministros del G7 con copia a la influencer desató la alarma.
El intento del ministro italiano de Cultura, Gennaro Sangiuliano, de nombrar a la influencer Maria Rosaria Boccia como asesora ha generado una intensa controversia que podría afectar la estabilidad de la primera ministra, Giorgia Meloni.
Sangiuliano, en una carta publicada el 3 de septiembre en La Stampa, trató de calmar las aguas al aclarar que nunca se había utilizado dinero del ministerio para cubrir los gastos de Boccia, ni siquiera para un café. El ministro explicó que había considerado el nombramiento de Boccia como «asesora gratuita para grandes eventos», pero que finalmente desistió de esta idea. También aclaró que la presencia de Boccia en algunas visitas al parque arqueológico de Pompeya, en preparación para el G7 de Cultura que se celebrará del 20 al 22 de septiembre, no tenía carácter institucional y que no se trataron cuestiones de seguridad durante estas visitas.
La controversia se intensificó cuando se publicó un correo del director alemán del Parque de Pompeya, Gabriel Zuchtriegel, en el que Boccia figuraba en copia y que contenía detalles sobre el recorrido de los ministros del G7. La presencia de Boccia en numerosas fotos junto a Sangiuliano en eventos oficiales este verano también despertó sospechas. La oposición, preocupada por la posible filtración de información clave, ha exigido explicaciones en el Parlamento, lo que ha puesto a Sangiuliano bajo una intensa presión.
En defensa de su ministro, la primera ministra Giorgia Meloni intervino en una entrevista televisiva, asegurando que Sangiuliano le garantizó que Boccia no tuvo acceso a documentos confidenciales relacionados con el G7 y que no se gastó dinero público en sus actividades. Meloni minimizó la controversia, sugiriendo que se trataba de un asunto menor relacionado con rumores y especulaciones sobre la relación entre el ministro de 62 años y la influencer de 42 años.
La polémica comenzó cuando Boccia anunció en sus redes sociales que era consejera del ministro para grandes eventos. A pesar de que Sangiuliano negó esta afirmación, Boccia insistió en su papel y publicó documentos relacionados con el G7. En una reciente actualización en Instagram, Boccia negó haber recibido pagos y afirmó que los gastos de los asesores eran reembolsados por el ministerio. También cuestionó las afirmaciones de Sangiuliano, sugiriendo que sí participó en reuniones preparatorias del G7 y que la carta del ministro era un intento de encubrir una situación problemática.
La situación sigue evolucionando, con la polémica generando debate en los medios y en la esfera política italiana. El caso plantea preguntas sobre la transparencia en el manejo de asesorías y la influencia de las redes sociales en la política, mientras la primera ministra y su equipo intentan manejar las consecuencias de esta controversia.