Extrema derecha alemana celebra victoria «histórica» en elecciones regionales: Resultados sin precedentes desde la II Guerra Mundial
Tanto AfD como BSW sedujeron por su discurso contra la inmigración y por llamar a cesar la entrega de armas a Ucrania, una posición muy popular en esas regiones que pertenecían a la antigua República Democrática Alemana (RDA) y donde el miedo a la guerra sigue muy arraigado.
El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) ha alcanzado un hito histórico en las elecciones regionales de Turingia, logrando una victoria contundente con aproximadamente el 33,1% de los votos. Este resultado, sin precedentes desde la posguerra, representa un fuerte revés para el canciller Olaf Scholz y su gobierno de coalición, justo cuando el país se prepara para las elecciones generales de 2025.
El ambiente electoral estuvo marcado por una gran tensión, exacerbada por el reciente triple asesinato en Solingen, presuntamente cometido por un sirio, lo que avivó el debate sobre la inmigración en Alemania. La AfD, conocida por su postura antiinmigración, aprovechó esta situación para ganar terreno en un estado como Turingia, donde ya contaba con un importante apoyo. Björn Höcke, líder del partido en la región y una de sus figuras más radicales, declaró que están listos para asumir el gobierno, aunque es improbable que logren formar una coalición, dado que los otros partidos se niegan a colaborar con ellos.
En Sajonia, el partido conservador CDU, asociado a la ex canciller Angela Merkel, apenas logró superar a la AfD con un 31,7% de los votos frente al 31,4% de la extrema derecha, lo que muestra el creciente apoyo a la AfD en zonas del este de Alemania, especialmente en las antiguas regiones de la República Democrática Alemana (RDA).
Estos resultados también revelan un descontento generalizado con el gobierno de Scholz, cuyo Partido Socialdemócrata (SPD) obtuvo solo entre el 6,5% y el 8,5% de los votos. Los Verdes, uno de los socios de la coalición, incluso quedaron fuera del parlamento en Turingia, mientras que el Partido Liberal Democrático (FDP) perdió su representación en ambas asambleas regionales.
El nuevo partido BSW, fundado por la destacada figura de la izquierda alemana Sahra Wagenknecht, también tuvo un avance significativo, obteniendo más del 10% de los votos en ambas regiones. Su discurso crítico con la inmigración y la ayuda militar a Ucrania ha resonado en estas regiones, lo que podría hacerlo un actor clave en futuras negociaciones políticas.
La AfD ha capitalizado la indignación generada por el ataque en Solingen, culpando a los sucesivos gobiernos federales de sembrar el caos. En respuesta, el gobierno de Scholz ha prometido endurecer las leyes de inmigración y de control de armas, aunque esto no ha sido suficiente para frenar el ascenso de la extrema derecha, que sigue ganando terreno en una Alemania cada vez más polarizada.
Estos resultados reflejan una Alemania en la que las desigualdades económicas y la crisis demográfica en el este, a pesar de las mejoras, siguen alimentando el apoyo a partidos radicales como la AfD, marcando un cambio preocupante en el panorama político del país.