Murió Javier Acosta, el joven que se sometió a la eutanasia tras contraer una bacteria dentro de una piscina
La pesadilla de Javier comenzó hace cinco años, durante lo que parecía ser un viaje inofensivo a Tuluá, Colombia.
Este viernes 30 de agosto, el joven colombiano Javier Acosta, de 36 años, se despidió del mundo a través de un procedimiento de eutanasia, poniendo fin a una dolorosa batalla contra una enfermedad devastadora que marcó los últimos años de su vida. Conocido por ser un ferviente seguidor del club de fútbol Millonarios, su historia resonó profundamente en la sociedad, especialmente tras compartir públicamente su decisión.
La pesadilla de Javier comenzó hace cinco años, durante lo que parecía ser un viaje inofensivo a Tuluá, Colombia. En ese entonces, una bacteria contraída en una piscina cambió su vida para siempre. Inicialmente, los médicos creyeron que la infección era controlable, pero con el tiempo se volvió una amenaza letal. La bacteria, resistente incluso a los tratamientos más agresivos, se propagó rápidamente, afectando sus huesos y tejidos, y finalmente causando leucemia.
En una entrevista con Noticias Caracol, Javier describió cómo la infección se extendió de manera implacable: «Me sacaron sangre, un estudio aquí, un estudio allí, y encontraron que la bacteria se desplazó más y más hasta llegar no solamente al hueso, sino a tejidos y la tengo en la sangre». Durante estos cinco años, su vida se convirtió en una lucha constante contra el avance del cáncer, que terminó por afectar su movilidad y amenazaba con robarle también la capacidad de hablar.
A medida que su condición se deterioraba, Javier tomó la dolorosa decisión de solicitar la eutanasia. Los médicos le ofrecieron amputar una de sus piernas para frenar la infección, pero él se negó, prefiriendo no vivir en un estado de inmovilidad que, según sus propias palabras, le impediría disfrutar de su vida y ver crecer a su hija. «Al imaginarme mi vida sin mis piernas, en una cama, con antibióticos, viendo a mi hija cuidarme, perdiendo su oportunidad de tener una niñez, una juventud, dije ‘yo quiero la eutanasia’», expresó Javier desde el Hospital Universitario San Ignacio en Bogotá, donde se realizó el procedimiento.
La decisión de Javier fue compartida con el mundo a través de un video en redes sociales, donde anunció que la eutanasia había sido aprobada y que su despedida sería el 30 de agosto a las 12:00 del mediodía. En su mensaje final, Javier dejó una reflexión profunda: «Ustedes que pueden y se van a quedar acá, disfruten cada minuto con su familia, no esperen a que maten a un amigo para decirle que lo quieren. Todos los hinchas del fútbol, amémonos unos a otros».
El caso de Javier Acosta no solo abrió un debate en torno a la eutanasia y el derecho a una muerte digna, sino que también dejó una huella en quienes lo siguieron, recordando la importancia de valorar cada momento con nuestros seres queridos.