Agente del OIJ sorprendió a sus esposa y le entregó todo su dinero en caso de morir por operativo contra alias Tony
El director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Randall Zúñiga, ha compartido un relato que destaca la tensión y el peligro involucrado en la captura del presunto líder criminal Tony Peña Russell, uno de los operativos más complejos y arriesgados del año. Este relato, que expone la vulnerabilidad y humanidad de los agentes, también muestra la meticulosa planificación que llevó al éxito de la operación.
Uno de los agentes encargados de la misión, consciente del riesgo extremo que corría, tomó una decisión emocionalmente cargada la noche antes del allanamiento. Según Zúñiga, este funcionario entregó casi todo su dinero a su esposa, informándole sobre su cuenta bancaria, algo que ella desconocía hasta ese momento. El agente temía que pudiera ser herido o perder la vida durante el operativo, debido al pesado arsenal que poseía el sospechoso.
«El compañero le dio la cuenta a su esposa para que pudiera disponer de los fondos en caso de que algo le sucediera», narró Zúñiga, subrayando el nivel de seriedad con el que los agentes abordaron la operación. Este acto es un reflejo de la complejidad y el peligro que envolvía el plan, que fue cuidadosamente compartimentado para evitar filtraciones.
La captura de Peña Russell, ocurrida a finales de junio, no solo fue un golpe importante contra el crimen organizado en el país, sino también un operativo de alto riesgo que puso a prueba la habilidad y valentía de los agentes del OIJ. El operativo fue tan sigiloso y eficiente que tomó por sorpresa al supuesto jefe de sicarios mientras estaba distraído viendo un partido de la Eurocopa. Aparentemente, el criminal no perdía de vista el torneo de selecciones, un detalle clave que los investigadores aprovecharon para coordinar el momento perfecto del allanamiento.
El día de la captura, mientras Peña Russell observaba un Austria vs. Polonia y esperaba el inicio de Países Bajos vs. Francia, los agentes, camuflados en un camión, llegaron a las inmediaciones de su residencia en el barrio Atlántida sin dar tiempo a que el sospechoso o sus guardaespaldas reaccionaran. Este enfoque estratégico, que evitó el uso de vehículos policiales identificables, fue fundamental para asegurar el éxito del operativo.
Durante los allanamientos, las autoridades incautaron dos armas AK-47, un fusil AR-15, tres pistolas, dinero, supuesta droga, joyas y un vehículo. Zúñiga destacó que la rapidez y precisión de la acción de los agentes fue crucial para evitar que Peña Russell utilizara su arsenal, lo que podría haber resultado en una tragedia para las fuerzas de seguridad.
Además de su armamento, el presunto líder criminal estaba protegido por un sistema de «campanas», individuos contratados para alertar sobre la presencia policial. Sin embargo, la táctica inesperada del OIJ, que evitó ingresar al barrio con un convoy visible, permitió neutralizar cualquier intento de evasión por parte de Peña Russell y su equipo.
Esta operación, que podría haberse convertido en un enfrentamiento mortal, se resolvió con un éxito rotundo gracias a la preparación y el coraje de los agentes, quienes arriesgaron todo para llevar ante la justicia a uno de los criminales más buscados del país.