Según estudio, quienes publican muchos selfis de forma obsesiva son vistos como inseguros
De seguro usted tiene uno entre sus contactos, ese amigo que celular en mano o en el ‘’selfie stick’’ extiende sus brazos para captar el momento en que hacen deporte, comen, descansan, trabajan, están enfermos o disfrutan de un paseo.
Una investigación realizada por los psicólogos del Washington State University (WSU) indica que esa obsesión de tomarse de manera constante autorretratos para publicarlos en las redes sociales puede ser más dañino para la imagen personal de lo que se cree.
El estudio, que fue publicado en el JournalResearch of Personality, señala que los selfis tienen un impacto negativo en la imagen que una persona tiene de otras. Esto no es algo consciente, sino la primera impresión que se tiene al verlas.
Según la investigación, quienes publican autorretratos suelen ser vistos como menos agradables.
Chris Barry, autor principal del trabajo y que también fue parte del equipo de investigadores, contó al sitio de WSU que hace cinco años inició con el estudio de los posibles vínculos entre la personalidad de alguien y su actividad en Instagram.
Barry, señaló que la idea más aceptada era que las personas que se realizaban muchos selfis eran narcisistas.
Fue así como decidió comprobar si de verdad existía algún efecto negativo. Entonces se dispuso a hacer un particular experimento con las impresiones de las demás personas.
En la investigación, primero participó un grupo de 30 estudiantes universitarios, los cuales llenaron un cuestionario de personalidad y estuvieron de acuerdo con seleccionar 30 de sus propias fotografías de Instagram.
Estas imágenes fueron divididas entre selfis o tomadas por alguien más, así como lo que mostraba en ellas: apariencia física, eventos, actividades recreativas.
Luego, un segundo grupo de 119 estudiantes de otra universidad se unió al estudio. A ellos se les solicitó calificar las fotos del primer grupo con 13 atributos específicos. Entre ellos: autoestima, éxito, vanidad, entre otras.
Los resultados fueron impresionantes. Aquellas personas que tenían fotos tomadas por otra persona eran vistos de una manera positiva, se les calificaba con alta autoestima, de aventureros, no solitarios, más exitosos y de mejores amigos.
En el caso de los que subían autorretratos la historia fue otra. Eran percibidos como narcisistas, inseguros y desagradables.
Para los que tenían fotos enseñando músculos frente al espejo, el resultado fue peor.
De acuerdo con los investigadores, ese particular agrado por las fotos que no son tomadas por sí mismos se debería a que se ven más naturales, hay más oportunidad de ver a una persona como en la vida real.