Revelan identidad del adolescente de 17 años acusado de matar a 3 niñas en clase de danza
El juez de Liverpool, Andrew Menary, dijo que aunque aún no es un adulto, puede ser identificado porque cumple 18 años la próxima semana.
Caos y Confusión Tras el Ataque en una Clase de Danza: Detalles del Caso y las Consecuencias
Un joven de 17 años, Axel Rudakubana, compareció por primera vez ante la Corte de Magistrados de Liverpool el jueves, enfrentando graves acusaciones tras un brutal ataque en una clase de baile en el noroeste de Inglaterra. El adolescente, que cumple 18 años la próxima semana, está acusado de tres cargos de asesinato y diez de intento de asesinato. La corte ha permitido su identificación debido a su proximidad a la mayoría de edad.
El incidente, ocurrido el lunes en Southport, ha conmocionado al país, conocido por sus problemas persistentes con los crímenes con arma blanca, aunque ataques de esta magnitud son raros. El ataque, dirigido a niños en una clase de danza inspirada en Taylor Swift, dejó tres muertos: Alice Dasilva Aguiar, de 9 años; Elsie Dot Stancombe, de 7; y Bebe King, de 6. Además, ocho niños y dos adultos resultaron heridos. Los adultos afectados, Leanne Lucas, la instructora de la clase, y John Hayes, un transeúnte que intervino para proteger a los menores, se encuentran en estado crítico en el hospital.
La policía británica no ha divulgado el motivo detrás del ataque ni ha presentado cargos de terrorismo contra Rudakubana. La investigación preliminar sugiere que el arma utilizada fue un cuchillo de cocina con una hoja curva, un dato adicional que se ha revelado en la comparecencia del joven.
El caso ha desencadenado disturbios en todo el país. En respuesta al ataque, se han registrado protestas violentas impulsadas en parte por desinformación en redes sociales. El martes, manifestantes ultraderechistas chocaron con la policía cerca de una mezquita y al día siguiente causaron caos frente a la oficina del primer ministro en Londres. Estos eventos han resultado en más de 100 detenciones por desorden público y agresión a un trabajador de emergencias.
El miércoles por la noche, la tensión se intensificó cuando cientos de manifestantes, gritando «queremos nuestro país de vuelta», arrojaron botellas y latas cerca de la residencia del primer ministro en Downing Street. También se lanzaron bengalas a una estatua de Winston Churchill, resultando en un número significativo de arrestos por actos de vandalismo y agresión.
En el noreste de Inglaterra, en Hartlepool, la situación se agravó cuando manifestantes lanzaron botellas y huevos a la policía y incendiaron un vehículo policial. Otros disturbios más pequeños también ocurrieron en Manchester.
La jefa de policía de Merseyside, Serena Kennedy, expresó su consternación por el nivel de violencia dirigido contra sus agentes. Kennedy destacó que algunos de los oficiales que respondieron al ataque inicial enfrentaron una violencia aún mayor durante los disturbios subsecuentes.
El primer ministro británico, Keir Starmer, convocó a los líderes policiales para abordar la crisis, enfatizando que mientras se debe proteger el derecho a la protesta pacífica, aquellos que utilicen este derecho para incitar al odio y cometer actos violentos enfrentarán severas consecuencias legales.